(Miaminews24).- Las autoridades marítimas europeas impidieron hoy al buque humanitario «Aquarius» el rescate de un centenar de personas, que entregaron a guardacostas libios cuando el bote neumático se encontraba en aguas internacionales.
La embarcación, similar a las dos que el buque fletado por las ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterranée rescataron el jueves y el viernes, fue avistada a primera hora de la mañana sin rumbo fijo a unas 25 millas de la costa libia.
El «Aquarius» fue autorizado de inmediato por la autoridad naval europea en Roma para dirigirse hacia el rescate, pero cuando se hallaba a menos de dos millas del bote se le ordenó parar porque «la coordinación de la operación ha sido transferida a Libia», según comprobó Efe a bordo.
Tras dos horas de tensa espera, con los equipos de salvamento preparados y sin que apareciera la patrullera libia, el «Aquarius» logró que la autoridad local en Al Zwara le permitiera repartir chalecos salvavidas a las más de 120 personas que viajaban en el bote, que había salido de la misma localidad horas antes.
Además, autorizó al «Aquarius» a ocuparse de «los casos médicos», un total de 38 personas, entre ellas varias mujeres embarazadas, doce niños menores de diez años y un bebé con una semana escasa de vida.
«Lo que ha ocurrido hoy es muy triste, pero debemos verlo como una pequeña victoria. Hemos conseguido salvar niños y familias», aseguró a Efe uno de los miembros de la tripulación escasas horas después.
«Es una enorme pena, porque sabemos que esas personas que han quedado atrás y que han subido a la patrullera libia van a volver a un país del que huyen y en el que no se respetan los derechos humanos», agregó.
Ni la ONU ni otros organismos internacionales reconocen como puerto seguro Libia, un país sumido en el caos y la guerra civil desde que en 2011 la OTAN contribuyó militarmente en la vitoria de los rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
En la actualidad el país tiene dos focos de poder: el llamado Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), reconocido por la comunidad internacional pese a no haber sido elegido en las urnas, en Trípoli, y el Parlamento de Tobrouk, electo en 2014, bajo el control del mariscal Jalifa Hafter.
La Unión Europea (UE) colabora con el Gobierno en Trípoli y financia la actividad de la Guardia Costera libia, dependiente de la autoridad local de las ciudades en las que están ancladas las patrulleras, como Al Zwara o Al Zawiya, núcleos igualmente del contrabando.
Las denuncias y secuelas de torturas y abusos físicos y psíquicos en los centros detención libios son patentes en el «Aquarius», en el que ahora viajan 291 personas rescatadas del mar en las últimas 72 horas.
Marcas de quemaduras, amputaciones, violaciones, malnutrición, golpes y diversas enfermedades infecciosas, mezclados con relatos del horror que ha podido observar y escuchar Efe.
También de deseo y de esperanza de una nueva vida en Italia, hacia donde el «Aquarius» viajará en las próximas horas para desembarcar a los migrantes en un puerto seguro de Sicilia, ya habilitado por las autoridades italianas.
Según datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), organismo vinculado a la ONU, más de 171.635 inmigrantes irregulares lograron cruzar a Europa en 2017, mientras que 3.116 desaparecieron en el mar.
Solo en los tres primeros meses de este año, otros 6.200 han logrado llegar a la costas de Italia desde Libia, a través de la llamada «ruta central mediterránea», y cerca de 360 han perecido en el intento.
Con información de VAN.
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