EEUU, ¿la nueva Suiza? Poco a poco se convierte en un ‘paraíso fiscal’ de referencia

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(Miaminews24).- Entre los años 2008 y 2010, el G-20 celebró varias reuniones dedicadas a reforzar la lucha de los principales gobiernos del mundo contra la soberanía fiscal de los llamados paraísos fiscales. Con el presidente estadounidense Barack Obama como principal defensor, el país norteamericano movió ficha e introdujo la polémica Ley FATCA.

Uno de los principales puntos de FATCA es la obligación de que las instituciones financieras de todo el mundo entreguen de forma rutinaria a la Hacienda federal de Washington los datos de sus clientes estadounidenses. Por tanto, si un ciudadano residente en Florida que tiene negocios en España opta por abrirse una cuenta de banco en España, el fisco de su país tendrá conocimiento de ello en el marco de este discutido tratado.

Más de 100 países se han apresurado a firmar el acuerdo, puesto que la negativa puede resultar en un apagón financiero por la vía de las distintas sanciones previstas en FATCA. El espíritu original del tratado partía de que el gobierno estadounidense actuaría con reciprocidad, recopilando y compartiendo la información de aquellos ciudadanos de otros países que tienen activos financieros en Estados Unidos. Sin embargo, el Congreso no llegó a autorizar este punto y, como resultado del bloqueo legislativo, el país norteamericano no ha cumplido con lo prometido al resto del mundo.

La revista Bloomberg explica en uno de sus últimos números que esta curiosa situación está convirtiendo a Estados Unidos en un «paraíso fiscal» de referencia. Algo similar apuntan revistas como The Economist y Forbes o periódicos como Financial Times. Y es que, aunque FATCA nació en el país del Tío Sam, su implementación parcial se ha traducido en una asimetría de información que garantiza el secreto financiero en suelo americano al tiempo que termina con dicha privacidad en el resto del mundo.

Pero lo ocurrido con FATCA es solo la punta del iceberg, puesto que también hay otros tres factores que están contribuyendo a hacer del país estadounidense un paraíso fiscal. El primero es la Ley CRS, otro tratado internacional que ya ha sido suscrito por cien países y que amplía la información financiera privada disponible para los distintos gobiernos del mundo. Aunque Estados Unidos se colocó inicialmente entre los principales defensores del acuerdo, el tiempo ha dejado atrás este compromiso y, a la hora de la verdad, Washington no ha firmado este tratado. Por tanto, al igual que ocurre con FATCA, la no aplicación del protocolo CRS en Estados Unidos vuelve a generar una situación asimétrica que convierte al país americano en un paraíso fiscal vis a vis el resto del mundo.

El segundo factor que está contribuyendo a apuntalar estas dinámicas es la reforma tributaria que acaba de aprobarse en Washington, bajo liderazgo del presidente Donald Trump. El nuevo marco fiscal reduce a la mitad el Impuesto de Sociedades y permite el pago de un tipo reducido para la repatriación de beneficios obtenidos en el extranjero. Esta mejoría del clima fiscal, sumada a la seguridad jurídica que brindan las instituciones estadounidenses, genera una notable ventaja comparativa para Estados Unidos, apuntalando su nuevo estatus como «paraíso fiscal» de referencia.

Por último, en tercer lugar nos topamos con las leyes de privacidad vigentes en algunos de los territorios estadounidenses, como Nevada, Wyoming o Dakota del Sur. No es casualidad que algunas de las principales entidades financieras internacionales, como la Casa Rothschild, hayan abierto su división de banca privada a estas jurisdicciones. Como apunta Bloomberg, un millonario extranjero que decida tomar partido de estas leyes puede comprar distintas propiedades financieras y esconder su propiedad a través de un fideicomiso, de modo que sus activos quedarán «ocultos». Por un lado, le las leyes estatales impiden la injerencia del fisco estadounidense. Por otro lado, la no firma de FATCA y CRS elimina una posible investigación justificada por decisión de la Agencia Tributaria de su país.

La combinación de estos tres aspectos convierte a Estados Unidos en una de las demarcaciones financieras que mejor trato brindan a los inversores que buscan un clima fiscal amable, un marco institucional estable y un entramado normativo que garantice la privacidad financiera. De modo que, aunque suele sorprendente, el país norteamericano se está convirtiendo poco a poco en el paraíso fiscal de referencia a nivel global.

Con información de LM.

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