(Miaminews24).- Polonia e Israel abogaron hoy por el diálogo ante el polémico proyecto de ley impulsado por Varsovia que contempla penas de cárcel por el uso del término «campos de exterminio polacos», una iniciativa en la que está en juego, según ambas partes, la «verdad histórica» sobre el Holocausto.
Los primeros ministros de los dos países, Mateusz Morawiecki y Benjamin Netanyahu, abordaron el asunto en una conversación telefónica anoche y acordaron establecer contactos inmediatos tras el cruce de declaraciones públicas durante el fin de semana.
Morawiecki insistió hoy en el mensaje que ha trasladad a Netanyahu: «Polonia fue atacada y ocupada durante la II Guerra Mundial, por lo que no hay duda de que los polacos no fueron de ningún modo responsables del Holocausto».
«Los países con experiencias dolorosas como Polonia e Israel deberían preocuparse por la difusión de una narrativa histórica verdadera y no falsa», dijo Morawiecki, licenciado en Historia.
Desde hace décadas, las autoridades polacas se esfuerzan en transmitir el mensaje de que el Holocausto tuvo lugar, pero que los polacos fueron sus víctimas, no sus responsables.
El proyecto motivo de la disputa castiga con una multa o hasta tres años de cárcel el uso del término «campos de concentración polacos» y fue aprobado el pasado viernes en el Parlamento, aunque debe pasar todavía por el Senado.
La iniciativa está especialmente enfocada a periodistas -ya que artistas y académicos no podrán ser perseguidos-, y afecta a todas las personas «independientemente de las leyes vigentes en el lugar donde se cometa el acto», según el texto.
Son habituales ya las denuncias del Gobierno polaco cuando medios extranjeros usan de la expresión «campos de concentración polacos» para referirse a Auschwitz, un centro de exterminio ubicado en Polonia pero abierto y operado por los ocupantes nazis, en el que murieron miles de polacos, principalmente judíos pero también de otras religiones.
Israel mostró su malestar tanto por la medida como por el momento elegido para aprobarla, «particularmente sorprendente y desafortunado, en vísperas del Día Internacional del Holocausto».
En opinión de las autoridades israelíes, «no ayudará a exponer la verdad histórica y puede perjudicar la libertad de investigación, así como evitar el debate sobre los mensajes históricos y el legado de la Segunda Guerra Mundial».
El presidente del Instituto para la Memoria Histórica de Polonia, Andzej Pozorski, aseguró hoy que el proyecto de ley no dificulta la actividad de los investigadores y el viceprimer ministro polaco, Jaroslaw Gowin, señaló que no ve necesidad de modificar la norma, ya que «Polonia es un estado soberano que puede tomar sus propias decisiones».
El presidente del Senado, Stanislaw Karczewski, coincidió en que la cámara debería aprobar sin enmiendas la norma, sin que ello afecte a las relaciones con Israel.
Lo cierto es que la cuestión es espinosa y no son pocos los historiadores, entre ellos el controvertido polaco-estadounidense Jan Gross, que han analizado el papel, a veces activo, de los polacos en el asesinato de judíos durante la ocupación nazi, algo que aún levanta muchas ampollas en el país.
Gross relata en su libro «Vecinos» uno de los episodios más vergonzosos de la historia de Polonia, cuando los habitantes «gentiles» del pueblo de Jedwawne encerraron en un pajar a sus vecinos judíos, mujeres y niños incluidos, y los quemaron vivos ante la mirada impasible de los ocupantes nazis.
Según este historiador, hasta 1.600 judíos perecieron calcinados en Jedwabne.
Al mismo tiempo, miles de polacos arriesgaron su vida para ayudar a los judíos perseguidos, como la familia Ulma, cuyos ocho miembros fueron asesinados por los nazis en 1944 por intentar salvar a un grupo de judíos.
El director del museo dedicado a la familia, Mateusz Szpytma, explicó a Efe que gracias a los polacos gentiles que se arriesgaron, «entre 30.000 y 40.000 polacos de religión hebrea lograron escapar de la persecución nazi».
«Los alemanes asesinaban a los judíos y a los polacos que los socorrían y, a pesar de eso, hubo polacos que arriesgaron su vida para ayudarles, aunque tampoco hay que olvidar que hubo situaciones contrarias y crueles, y eso no tenemos por qué negarlo», reconoció Szpytma.
En medio del debate y en el marco de la propuesta bilateral de diálogo, la presidencia polaca citó hoy a la embajadora israelí en Varsovia, Anna Azari, para acercar posiciones.
«Israel, como Polonia, quiere corregir los errores históricos y hablar solo de campos de concentración alemanes nazis, aunque está triste porque la polémica desatada supone una especie de triunfo de la ideología nazi», señaló Azari a medios polacos.
Con información de EFE.
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