(Miaminews24).- Donald Trump emprende un viaje a un país que no visitará: Corea del Norte.
La tiranía, con la que mantiene un vertiginoso pulso nuclear, es el gran destinatario de la gira que mañana empieza el presidente de Estados Unidos por Asia.
Un agotador periplo de 10 días por Japón, Corea del Sur, China, Vietnam y Filipinas, que más allá de la retórica belicista pondrá a prueba la capacidad de Trump para tranquilizar a sus aliados y lograr apoyos a su cerco a Pyonyang.
Trump zarpa con una señal en lo alto del mástil
En las aguas del Pacífico Occidental ha reunido a sus más poderosos portaviones: Nimitz, Theodore Roosevelt y Ronald Reagan.
Con su cohorte de submarinos, destructores, acorazados, misiles y cazabombarderos, se trata de la mayor concentración de la Armada estadounidense en la zona en 10 años.
Un mensaje inequívoco de que el hombre que mañana llega a Japón no piensa reducir la tensión.
Corea del Norte se ha vuelto la pesadilla de los estrategas americanos. Su acelerada carrera por lograr un misil balístico intercontinental con capacidad atómica ha roto las reglas del juego.
Washington lo considera un desafío directo y ha decidido emprender la escalada. El propio Trump ha amenazado con arrasar el territorio norcoreano si Pyongyang no abandona su programa nuclear.
La Casa Blanca admite que este objetivo es imposible sin apoyo internacional
“El presidente reconoce que estamos corriendo contra el reloj y que necesitamos que el resto de naciones haga más”, afirma en una reunión con periodistas el consejero de Seguridad Nacional, Herbert R. McMaster.
Fuente: AP
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