(Miaminews24).- En un campamento de tiendas improvisadas donde la principal guerrilla de Colombia se prepara para dejar las armas se oye un sonido hasta ahora extraño para los rebeldes: el llanto de bebés.
Los rifles reposan contra cunas y sillitas en pisos fangosos y en medio de un calor bochornoso. Madres jóvenes cambian pañales mientras sus compañeros cargan tablas de madera para construir más cabañas y padres aún vestidos de camuflaje bromean y juegan con sus hijos.
Durante décadas las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sometieron a las mujeres de sus filas a controles de maternidad tan estrictos que un «accidente» provocaba que la guerrillera tuviera que dejar al bebé con su familia o abortar, lo que era llamado el «desembarazo». Esta disciplina contradecía la insignia rebelde de que en las FARC se combatían los roles de género y fue una de las que más recelo provocó en este país católico.
Pero el año pasado, tras el acuerdo entre las FARC y el gobierno para poner fin al conflicto armado más antiguo de América Latina, el mandato fue revocado. Desde entonces el «baby boom» rebelde conmueve Colombia e incluso ha impulsado iniciativas en las zonas urbanas, tradicionalmente apartadas del conflicto, para enviar toallitas y pañales a las zonas guerrilleras.
«No se miraba viable para nosotras tener hijos porque ¿qué va a tener hijos uno donde están sonando tiros por un lado y por el otro?», se preguntó Jerly Suárez, de 29 años, que dio a luz poco antes de que las FARC iniciaran su marcha hacia La Carmelita, en el sur del país, una de las 26 zonas de desarme.
Por: ALBA TOBELLA
Fuente: AP
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