(Miaminews24).- Héctor Lombard creyó que tenía la victoria en sus manos y apenas pudo creerlo cuando vio que el árbitro levantaba la mano de Johny Hendricks en una pelea que pudiera acercarlo al fin de su carrera en la UFC.
El triunfo por decisión unánime (30-27 en dos boletas y 29-28 en la tercera) catapulta a Hendricks en su primera incursión por la división mediana, mientras que coloca al cubano entre signos de interrogación con sus 39 años a cuestas.
«Hombre, Héctor es muy peligroso y estuvo muchas veces a un golpe de vencerme», explicó Hendricks al final del combate celebrado en Nueva Escocia, Canadá. «A un solo golpe».
Pero ese golpe nunca llegó y el especialista olímpico de judo se contentó con lanzar combinaciones al mejor estilo del boxeo, dejando escapar preciosas oportunidades de takedowns que hubieran inclinado la balanza a su favor.
Cada vez que Lombard tuvo oportunidad de proyectar a su oponente, Hendricks lograba escaparse de manera rápida, con maniobras evasivas, aprovechando las brechas que el de Matanzas le regalaba de manera inexplicable.
Sin duda, a Lombard le faltó el instinto criminal o la capacidad para presionar a un hombre que se dedicó a moverse hacia los laterales, con fintas que recordaban -salvando las distancias- a un Floyd Mayweather Jr. o un Guillermo Rigondeaux.
Hendricks, quien en algún momento tuviera una pegada temible y conquistara una faja welter en la UFC, tuvo su mejor momento en el tercer asalto, cuando hizo lucir un poco mal a Lombard con impactos de rodillas.
Así y todo, tengo la impresión de que Lombard hizo lo suficiente para llevarse los dos primeros asaltos, con algunos golpes certeros que pusieron sobre aviso a Hendricks para que nunca más entrara de forma permanente en la zona de impacto de su oponente.
¿Qué viene ahora para Lombard? Impredecible saberlo luego de su tercera derrota consecutiva -dos de ellas por la vía del nocaut- y esa prueba fallida de dopaje en el 2015 que lleva como un fardo incómodo.
Hendricks, quien en el 2016 había perdido tres combates en fila, estaba como un niño con juguete nuevo tras esta victoria en Canadá -donde acumula record de 4-0- y la fe renovada, pues había comentado que de perder contra Lombard, se retiraba.
Lombard, por su parte, tiene todo el derecho de sentirse despojado de un triunfo -ojo, no es un robo escandaloso y entiendo que la pelas pudo haber ido a cualquier lado- y de un futuro que ahora se antoja difícil, como si estuviera preso en una jaula.
Por: Jorge Ebro
Fuente: El Nuevo Herald
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