Las últimas semanas han dado al presidente de EEUU, Barack Obama, bastantes motivos para estar más que satisfecho, ya que el Tribunal Supremo se ha puesto de su lado en temas cruciales y ha logrado avances históricos con Cuba e Irán, que pueden convertir 2015 en su mejor año en la Casa Blanca.
Obama inicia hoy dos semanas de vacaciones en familia en la exclusiva isla de Martha’s Vineyard (Massachusetts), donde trata de desconectar cada verano, con los deberes hechos al menos en lo referente a Cuba, ya que la bandera de EEUU está a punto de ondear en la embajada en La Habana, y al cierre del acuerdo nuclear con Irán tras años de negociaciones.
«Hace un año, habría parecido imposible que Estados Unidos pudiera izar de nuevo nuestra bandera ante una embajada en La Habana. Este es el rostro del cambio», admitía Obama el 1 de julio desde la Casa Blanca, al anunciar el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba, rotas en 1961.
Apenas 20 días después, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, asistía en Washington a la reapertura de la embajada cubana tras 54 años y muy pronto, el 14 de agosto, John Kerry será el primer secretario de Estado de EEUU que visita la isla desde 1945.
No obstante, ambas partes reconocen que el proceso de normalización completa de las relaciones será «largo y complejo», marcado por la persistencia del embargo económico sobre la isla, las diferencias sobre los derechos humanos y la reclamación cubana sobre el territorio de Guantánamo.
Con Irán también está Obama en el inicio de un proceso igualmente difícil, tras el acuerdo alcanzado el 14 de julio en Viena entre la República Islámica y el Grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, el Reino Unido, Francia y Alemania).
Obama ha repetido una y otra vez desde ese día que el pacto es una oportunidad histórica «para un mundo más seguro» y se ha involucrado personalmente en una campaña para tratar de que el Congreso de EEUU, que votará sobre el acuerdo en septiembre, lo avale «basándose en los hechos y no en la política».
En su discurso más elaborado y extenso sobre el tema, Obama alertó al Congreso el miércoles desde la American University de Washington que rechazar el acuerdo nuclear con Irán sería el peor error desde la invasión de Irak y llevaría a «otra guerra» en Oriente Medio.
«De todos los temas de política exterior que he dirigido desde que soy presidente, nunca he estado más seguro de que esto (el acuerdo) es una buena política, que es lo correcto para Estados Unidos y lo correcto para nuestros aliados», aseguró ese mismo día en la Casa Blanca a un reducido grupo de periodistas.
Pese a que su idea era desconectar totalmente, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, ha admitido que Obama quizá llame a congresistas desde Martha’s Vineyard para convencerles de apoyar el acuerdo, sobre todo tras la noticia de que uno de los senadores demócratas más influyentes, Chuck Schumer, prevé votar en contra.
Si Cuba e Irán cimentan el legado de Obama en este segundo mandato, la reforma sanitaria fue el logro más tangible de sus primeros cuatro años en la Casa Blanca y el Supremo la avaló de nuevo a finales de julio, con un esperado fallo favorable a los subsidios federales para adquirir seguros médicos.
Solo un día después, el máximo tribunal de EEUU dio otra victoria a Obama, el primer presidente del país que ha defendido públicamente el matrimonio homosexual, al legalizar a nivel nacional las uniones entre personas del mismo sexo.
El mandatario anticipa una nueva batalla judicial contra su plan para reducir las emisiones de carbono de las termoeléctricas del país, presentado esta semana dentro de sus esfuerzos contra el cambio climático, otra de sus prioridades y un campo donde pretende que EEUU lidere a nivel mundial.
Mientras, la mayor frustración de su presidencia es no haber conseguido que se aprobaran leyes para mejorar el control de armas y así lo volvió a reconocer recientemente, tras la sucesión de varios tiroteos.
A la vuelta de las vacaciones, la agenda de Obama para septiembre se presenta ya bastante cargada: el Congreso debe votar sobre el acuerdo con Irán, el Rey de España, el papa Francisco y el presidente chino, Xi Jinping, visitarán la Casa Blanca, y también se celebran los debates anuales de la Asamblea General de la ONU.
Lo que parece claro es que 2015 está llamado a marcar un antes y un después en su mandato.
«Después de seis años y medio (en el cargo), estoy mucho más seguro de las evaluaciones que hago», comentó Obama esta semana a un reducido grupo de periodistas en una reunión sobre el acuerdo con Irán. La frase refleja, al menos, una nueva etapa de certezas y confianza. EFEUSA