Cientificos del Instituto de Inmunología de La Jolla, en California, estudian estrategia para combatir el VIH; probando un nuevo esquema de vacunación de “entrega lenta y dosis creciente” del antígeno del VIH para que el sistema inmunológico aprenda a atacarlo.
Un equipo de investigadores del Instituto de Inmunología de California, ha descubierto cómo el sistema inmunitario se transforma en una máquina de fabricar anticuerpos, capaz de neutralizar a uno de los virus más escurridizos que existen: el VIH.
Científicos de California crean nueva estrategia para combatir el VIH
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Los investigadores pensaban que los linfocitos B (que fabrican anticuerpos) pasaban semanas perfeccionando su armamento contra las amenazas virales, pero la nueva investigación demuestra que una estrategia de vacunación.
De “entrega lenta y dosis creciente” puede hacer que estas células pasen meses mutando y mejorando sus anticuerpos contra el patógeno.
Un hallazgo histórico encontrar el componente ideal para la vacuna del VIH
Este hallazgo, publicado este miércoles en la revista Nature, es un paso importante hacia el desarrollo de vacunas eficaces y duraderas contra patógenos como el VIH, la gripe, la malaria y el SARS-CoV-2.
“Esto demuestra que el sistema inmunitario puede hacer cosas realmente extraordinarias si se le da la oportunidad, y que en algunos contextos, la paciencia es realmente una virtud”, subraya el autor principal del estudio, Shane Crotty, del LJI.
Los patógenos que atacan al organismo están cubiertos de proteínas desconocidas y cuando las células dendríticas del cuerpo las ven, envían señales a las células T para que empiecen a formar un ejército.
Las células B reciben el aviso de que hay un invasor cerca y el marcador molecular (o antígeno) para reconocerlo, y se ponen a fabricar anticuerpos en unas estructuras llamadas “centros germinales”, donde los linfocitos B mutan y prueban sus anticuerpos.
Los que con el tiempo no mutan y no mejoran sus anticuerpos son eliminados y los linfocitos B con mutaciones útiles son enviados al cuerpo para la guerra.
La estrategia de vacunación esta dando resultados más que efectivos en primates
El nuevo estudio pone de manifiesto la importancia de alargar el periodo en el que las células B pueden evolucionar en los centros germinales.
Para la investigación, colaboradores del Centro Nacional de Investigación de Primates de Tulane vacunaron a monos rhesus cada dos días durante doce días con una serie de siete inyecciones que contenía una “dosis creciente” del antígeno del VIH.
Un grupo de monos no fue vacunado de nuevo, pero otros dos grupos recibieron una vacuna de refuerzo a las diez semanas y, después, los investigadores realizaron un seguimiento de las respuestas inmunitarias de los monos.
El trabajo reveló que los centros germinales permanecieron activos y las células B siguieron evolucionando seis meses después de la serie inicial de siete inyecciones.
Pero, ¿cómo se comportaron las células B altamente evolucionadas?
Los científicos descubrieron que los monos a los que se les administró la serie de siete inyecciones y que no recibieron dosis de refuerzo, tenían una población estable y duradera de anticuerpos contra el VIH seis meses después del tratamiento.
Estos animales también tenían más células inmunitarias (células T auxiliares) listas para reconocer el antígeno del VIH y lanzar las células B a la batalla, mientras que los animales reforzados tuvieron un segundo “pico” en el número de anticuerpos después de su inyección de refuerzo, pero no terminaron con los mismos anticuerpos de alta calidad.
El equipo estudia ahora si puede conseguir la misma calidad de anticuerpos con dos vacunas frente a siete, y también si puede diseñar una vacuna de ARN que provoque la misma evolución de los linfocitos B mediante la producción lenta de antígeno a lo largo del tiempo.
Cuando el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) apareció a comienzos de la década de los ochenta, el sector salud estaba frente a un virus que era, hasta ese momento, totalmente desconocido.
El resultado fueron entre 100 mil y 300 mil personas infectadas en esa década
A los pocos meses, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), encontró en los mismos pacientes un tipo de cáncer de piel llamado sarcoma de Kaposi.
La aparición de las dos enfermedades al mismo tiempo llamó la atención del CDC, igualmente, las pruebas de sangre en los pacientes demostraron que carecían de células sanguíneas T CD4+, que son células del sistema inmune.
Para finales de 1981, 270 casos de deficiencia en el sistema inmunitario se habían registrado en el mundo, de los cuales, 121 personas ya habían muerto.
Con información de | La Opinión
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