Es una piedra en el zapato, China, además de ser nuestro principal contrincante comercial, también se adueña de los mares en un claro pulso con la Marina de Estados Unidos, cabecilla internacional de los océanos desde que finalizara la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
Con la más que evidente intención de superarnos en todos los frentes; la nación asiática no ha cejado en sus propósitos y por eso hoy regenta las aguas en el Pacífico Occidental, desplazando a nuestro país de la que fuera una posición estratégica y poniendo en riesgo a nuestra seguridad nacional.
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Dominio y pérdida de los mares por EEUU
Naturalmente, nadie en sí es dueño de los océanos, pero cuando EEUU se convirtió en una de las potencias ganadoras de la Segunda Guerra Mundial; nuestra Marina asumió el dominio de los mares no solo para defender nuestros intereses globales y garantizar nuestra seguridad militar, sino también para unir a otras naciones con causas comunes a las nuestras.
Dicho control oceánico también sirvió para sentar las bases de una economía globalizada; al permitir que el 80% del volumen y el 70% del valor de todo el comercio transitara de manera segura por el mar, dijo el oficial retirado de la Marina y excongresista Joe Sestak en un reporte difundido por Texas National Security Review.
Por más de 50 años, nuestro país mantuvo su hegemonía en los mares, sin embargo; todo eso cambió luego de que, en 1996, dos grupos de portaaviones estadounidenses navegaron hacia Taiwán en respuesta a los misiles disparados por China en las costas de esa isla.
Sestak apuntó que, si bien EEUU prevaleció en esa crisis, el gigante asiático aprendió de ella. Es decir, China se percató de la gran diferencia que hay en la distancia a recorrer por las fuerzas estadounidenses en comparación con las chinas, por tanto, supo que la velocidad era determinante para cambiar el dominio de los mares.
Respuesta de China al control oceánico
En su lucha por ganar esta batalla, la nación asiática empezó a explorar sistemas de armas que retrasaran la ya lenta velocidad de 30 nudos de nuestros buques de guerra; desarrolló misiles balísticos capaces de alcanzar a nuestros portaaviones a miles de millas de distancia y logró que sus submarinos fueran más silenciosos.
«El desarrollo de misiles balísticos, como el DF-21 y el DF-26, para apuntar a bases aéreas y portaaviones a un alcance cada vez mayor significa que, aunque los aviones estadounidenses son incomparables en su misión una vez en el aire; no tendrían ningún lugar para aterrizar donde estallara un conflicto»; subrayó el ex oficial de la Marina de Guerra estadounidense.
Por otra parte, los avances de China en torno al silenciamiento de los submarinos nucleares y de ataque significa que la detección de alerta temprana ya no se puede realizar mediante un sonar pasivo de largo alcance: ahora tiene que hacerse con un sonar activo cercano.
De acuerdo con Sestak; «los submarinos solo podrían detectarse usando el sonar activo después de que ya están dentro del rango de disparo de sus armas. Esta amenaza mantiene a la mayoría de las fuerzas estadounidenses a una gran distancia hasta que lleguen suficientes buques de guerra (y transporte aéreo) que les permitan avanzar».
Dicho de otro modo: la Armada del Ejército Popular de Liberación de China hizo que navegar directamente a sus aguas sea demasiado arriesgado para nuestras fuerzas; lo que nos obliga a mantenernos alejados hasta que lleguen refuerzos. Sin dudas, un tiempo precioso que los chinos comunistas bien sabrían cómo aprovechar.}
Con información de: Diario Las Américas. / Foto: Cortesía.
Periodista, Grelys Vargas.
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