Elizabeth Schneider de Seattle, Estados Unidos, donde se registró el mayor número de muertes por el coronavirus decidió contar su experiencias tras sobrevivir a la enfermedad.
La bioingeniera comenzó a sentir síntomas similares a la gripe, después de ir a una fiesta en donde al menos otras 5 personas se contagiaron, según informó el portal web Radio Mitre.
“Me desperté y me sentía cansada, pero no era más de lo que normalmente uno siente cuando tiene que levantarse e ir a trabajar”, reveló.
Luego, tuvo fiebres altas por lo que decidió automedicarse para intentar contrarrestar los síntomas que parecían ser de un resfriado común; sin embargo, la temperatura no bajaba.
Por un momento, pensó que era portadora del coronavirus, pero como no tenía tos o falta de aire, descartó la posibilidad, recogió el portal web Radio Mitre.
Un grupo de amigos cercanos e investigadores le insistieron para que se realice el examen de descarte del COVID-19, y tal fue la sorpresa que se llevó cuando se enteró que era portadora del coronavirus.
“Quedé un poco gratamente sorprendida. Es cierto que probablemente no me habría sentido así, si hubiera estado muy enferma”, declaró la bioingeniera.
Según dio a conocer Radio Mitre, para el momento en que ella se practicó el descarte, el malestar ya había disminuido; sin embargo, le dijeron que permaneciera en casa durante 7 días más hasta que los síntomas desaparecieran.
Finalmente, en base a su experiencia, Schneider aconsejó a las personas que han sido diagnosticadas con coronavirus que no entren en pánico. Y si presentan un síntoma es preferible descartarlo.
“Si sus síntomas no son potencialmente mortales, quédese en casa, tome medicamentos de venta libre para bajar la fiebre, beba mucha agua, descanse mucho y vea todos los programas en la tele que quiera ver”, manifestó la mujer.
Fuente: La República