Un grupo de investigadores de la Universidad de Sydney en Australia, estudian un tratamiento alternativo para ayudar a que mejore el tejido cicatricial que se forma después de un ataque al corazón, el cual influirá notoriamente en la recuperación del paciente.
Según datos de la American Heart Association (AHA), unas 605.000 personas en los Estados Unidos tienen un ataque al corazón anualmente, y aproximadamente 200.000 experimentan un ataque recurrente.
Una de las técnicas que más se emplea -después de un ataque cardíaco- es la reperfusión, que consiste en liberar el flujo de oxígeno al tejido del corazón, no obstante hasta una cuarta parte de las personas que se someten a reperfusión desarrollan insuficiencia cardíaca en un año, por ello el nuevo descubrimiento es otra alternativa.
Los investigadores de la Universidad de Sydney -dirigidos por James Chong- analizaron un tratamiento alternativo que se dirige al tejido cicatricial que se forma después de un ataque cardíaco. Los científicos estudiaron el potencial de una terapia de proteínas llamada factor de crecimiento AB recombinante derivado de plaquetas humanas (rhPDGF-AB).
El portal southfloridareporter.com explicó que el rhPDGF-AB es un factor de crecimiento recombinante AB derivado de plaquetas humanas. Las plaquetas son pequeñas células sanguíneas que corren hacia el sitio de una lesión cuando se necesitan para ayudar a que la sangre coagule y comience el proceso de curación.
Los investigadores probaron el nuevo tratamiento en un modelo porcino de ataque cardíaco, y sus excelentes resultados indican que la terapia pronto podrá emplearse en los humanos para ayudarlos a recuperarse de un ataque cardíaco.
Las conclusiones del estudio coordinado por el doctor Chong fueron publicados en la revista especializada, Science Translational Medicine.
Según Chong, en los cerdos «al mejorar la función cardíaca y la formación de cicatrices después de un ataque cardíaco, el tratamiento con rhPDGF-AB condujo a un aumento general en la tasa de supervivencia.»
Agregó el científico, «Si bien el tratamiento no afectó el tamaño general de la cicatriz, lo más importante es que descubrimos que rhPDGF-AB condujo a una mayor alineación y resistencia de la fibra de colágeno de la cicatriz. Esto mejoró la función cardíaca después de un ataque cardíaco».
En el caso de su aplicación en el hombre, Chong manifestó, «Se requieren algunos estudios adicionales en animales para aclarar la seguridad y la dosificación. Entonces podemos comenzar a buscar ensayos clínicos en humanos muy pronto».
Fuente: MiamiDiario