policia de Hialeh envuelto en presuntas agresiones sexuales a mujeres y niñas

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En 2015, una adolescente dijo a investigadores el sargento Jesús “Jesse” Menocal Jr., de la Policía de Hialeah, agente de patrulla condecorado y miembro del equipo SWAT condecorado, la detuvo mientras caminaba hacia su casa, le ordenó subir a su vehículo policial y le ordenó que practicara sexo oral.

La jovencita tenía 14 años.

La chica dijo que Menocal la amenazó con arrestarla si se negaba y dijo que “desaparecería” si alguna vez le contaba a alguien lo que había sucedido, según entrevistas que dio a la Policía de Hialeah y a la Fiscalía Estatal de Miami-Dade. “Hice lo que él quería”, dijo la chica sollozando. Temblando mientras relataba la agresión sexual, le preguntaron a la chica por qué parecía tener miedo. “Porque él sigue ahí fuera”, respondió ella.

La niña de 14 años fue una de cuatro mujeres y niñas que acusaron a Menocal, de 31 años, de agresión sexual en 2015. Se descubrió que el veterano agente había llevado a otras ocho mujeres y niñas a una estación de Hialeah y no presentó ningún informe policial, una infracción de los procedimientos del departamento.

Menocal negó las acusaciones de agresión sexual y mala conducta, pero los investigadores de Asuntos Internos de Hialeah reunieron pruebas de que había cometido “actividad sexual ilegal” con menores, un delito grave de segundo grado, e infringido más de 20 reglas y normas del departamento. Las pruebas fueron entregadas al jefe de Policía de Hialeah, Sergio Velázquez, y a la Fiscalía Estatal de Miami-Dade, pero ni el jefe de policía ni los fiscales hicieron nada para castigarlo.

Lejos de disciplinar a Menocal, cuya bien conectada familia ha tenido cargos policiales elevados en el sur de la Florida, el jefe policial Velázquez le ofreció un aumento de sueldo y una promoción, y lo asignó de nuevo al equipo SWAT como coordinador. Meses más tarde, cuando todavía era objeto de una investigación por parte de Asuntos Internos, Menocal estaba de nuevo patrullando las calles.

Los fiscales no pensaron que las mujeres y niñas—algunas de quienes la policía cree que eran víctimas del tráfico de personas y trabajaban en la industria del sexo— parecerían creíbles en un tribunal y declinaron acusar a Menocal de agresión sexual, falso apresamiento y compensación ilegal. En un memorando que cerró el caso, un fiscal se refirió a tres de las víctimas como “pandilleras” y a una como “una bipolar que siempre se está escapando de su casa”.

Charles Nanney, retirado y veterano de 31 años de la Policía de Miami-Dade, donde dirigióla división de Investigaciones Especiales, dijo al Miami Herald que la cantidad de alegaciones, lo parecido de las historias de las víctimas y la manera en que Menocal infringió una y otra vez las normas debieron haber provocado al menos que la Policía de Hialeah lo disciplinara con firmeza.

“Cuando hay varias víctimas y todas hacen alegaciones similares, eso es mucho humo”, dijo Nanney.

Aunque no fue acusado por la Fiscalía Estatal ni disciplinado por el jefe de Policía de Hialeah, Menocal es ahora objeto de una investigación federal, que preparan un caso penal por violación de derechos civiles en su contra.

Sergio Velázquez, jefe de la Policía de Hialeah, no disciplinó al sargento Jesús ‘Jesse’ Menocal Jr. a pesar de varios reportes de que Menocal abusó sexualmente de mujeres y niñas. Héctor Gabino EL NUEVO HERALD

Contactado por teléfono, Menocal dijo que no podía discutir las alegaciones y que no le habían informado que era objeto de una investigación federal. Menocal dijo a los investigadores de Asuntos Internos que las acusaciones eran represalias por su trabajo policial, en particular por la desarticulación de una red de trata de personas junto con un detective.

“Yo estaba arrestando a todo el mundo”, dijo Menocal en una declaración jurada a un detective de Asuntos Internos en 2015. “Los estaba arrestando, impidiéndoles ganar dinero. Los estaba arrestando por drogarse, por cometer cualquier delito para ganar dinero”.

Hasta ahora casi no ha enfrentado repercusiones.

El 14 de junio de 2015, horas después que una jovencita de 17 años dijo a la Policía de Hialeah que Menocal la había detenido y obligado a desvestirse en un salón de la estación policial donde no había cámaras de video, Menocal fue “relevado de sus funciones policiales”, lo sacaron del equipo SWAT y colocado en una asignación administrativa en su casa, según su expediente personal. La joven de 17 años, Maley Dacosta, dijo a los investigadores que Menocal detuvo el auto en que ella iba y la llevó a la estación policial. Entonces dijo que le preguntó si era virgen o tenía alguna enfermedad de transmisión sexual, la obligo a quedarse en ropa interior bajo amenaza de arresto y le exigió tener relaciones sexuales. Ella se negó y él la liberó, dijo la joven, diciéndole: “Yo soy un buen policía”.

A principios de octubre de 2015, indica su expediente, a Menocal se le permitió regresar a la oficina, casi un año antes que el borrador final del informe de Asuntos Internos fuera sometido a al jefe policial Velázquez, Registros de la Policía de Hialeah muestran que fue asignado como coordinador del equipo SWAT, cargo que venía con un aumento salarial de 5%.

También lo recomendaron para un aumento de sueldo por mérito.

“Todavía no hay un resultado de la investigación penal y se recomienda un aumento de sueldo por mérito”, escribió el supervisor de Menocal el 29 de marzo de 2016.

El jefe policial Velázquez firmó en mayo un aumento de sueldo de 4/5%.

Para el 12 de julio de 2016, Menocal estaba de vuelta en las calles, según una carta de felicitación que recibió de Velázquez por arrestar a un sospechoso armado en una parada de tráfico.

“No podemos darle otra oportunidad. Tiene que pagar por lo que ha hecho. No solo a mí, sino a todas”, dijo Dacosta, quien ahora tiene 22 años, en una entrevista reciente con el Herald. “Yo tenía 17 años y [Menocal] me echó a perder mi adolescencia”.

Un portavoz de la Policía de Hialeah dijo al Miami Herald dijo al Miami Herald que el jefe Velázquez no aprobó las conclusiones de Asuntos Internos de que Menocal tuvo actividades sexuales ilegales con menores, sino solamente que infringió reglas y normas del departamento, que el portavoz no especificó ni confirmó la fecha exacta en que Menocal regreso a servicio activo.

El 14 de septiembre de 2016, el jefe de la Policía de Hialeah, Sergio Velázquez, aprobó la denuncia contra Menocal. El jefe policial escribió: “Las infracciones serán determinadas en la [audiencia disciplinaria] y se determinará el castigo [en la audiencia]”. No se le ha impuesto ninguna medida disciplinaria.

Pero ahora Menocal está bajo el escrutinio de una agencia policial mucho más poderosa: el FBI.

Agentes del FBI y la Fiscalía Federal en Miami están recopilando pruebas de que Menocal detuvo ilegalmente a mujeres y niñas, las presionó para que tuvieran relaciones sexuales y entonces las liberó sin presentarles cargos, lo que sería una violación de sus derechos civiles, dijeron al Herald fuentes familiarizadas con la investigación. Tanto el FBI como los fiscales federales declinaron hacer declaraciones.

Un jurado federal de instrucción ha solicitado oficialmente registros de la Policía de Hialeah y ha citado a testigos, entre ellos al menos dos agentes de la Policía de Hialeah familiarizados con la supuesta conducta indebida de Menocal, dijeron las fuentes. El caso federal se abrió en años recientes para determinar si Menocal violó los derechos civiles de sus supuestas víctimas usando su autoridad y su placa para coaccionarlas a tener relaciones sexuales.

Eddie Rodríguez, el portavoz de la Policía de Hialeah, dijo que Velázquez no disciplinó a Menocal porque el FBI había tomado el caso.

Rodríguez negó que Velázquez, quien rechazó varias solicitudes de entrevista del Herald, haya protegido a Menocal de manera alguna.

“Una vez que el caso se reabrió, la Policía de Hialeah comenzó a trabajar estrechamente con las autoridades federales”, dijo Rodríguez. “Cuando estén los resultados de la investigación de jurado federal de instrucción, el sargento Menocal será disciplinado como se considere apropiado”

Rodríguez no abordó la pregunta de por qué Menocal fue devuelto al servicio activo y le dieron un aumento antes que finalizara siquiera la investigación de Asuntos Internos.

‘MUY PREOCUPANTE’

Menocal, quien empezó a trabajar en la Policía de Hialeah en 2007, conoció a sus supuestas víctimas en sus labores de patrullaje. Como sargento patrullero, sus responsabilidades incluían conducir por las zonas de prostitución conocidas de la ciudad en busca de víctimas potenciales de tráfico sexual, a quienes debía ayudar. Los civiles en su distrito lo conocían como “Sarge”.

Meses antes que Dacosta hiciera su denuncia, una detective de tráfico sexual de Hialeah llamada Rosalyn Byrd escuchó de dos sospechosos en un caso que Menocal estaba abusando de trabajadores sexuales en su distrito, según una declaración jurada de Byrd a Asuntos Internos.

“Ella estaba tratando de armarse de valor para crear un caso contra él, porque la obligaba a mostrarle los pechos y los genitales”, dijo la detective a un investigador de Asuntos Internos.

La detective se lo contó a su sargento, Manny Colón, en enero de 2015, pero el sargento dijo que los sospechosos mismos tenían que hacer la denuncia, según una declaración jurada. No parece que lo hicieran, y ni Colón ni ninguna otra persona con autoridad en la Policía de Hialeah parece haber investigado más el asunto.

Después que Dacosta hizo la denuncia en junio de 2015, el detective Frank Peñate, de Asuntos Internos, e Hilda Reyes, también detective, entrevistaron a Suzy Betancourt. Byrd pudo localizar otras dos supuestas víctimas, quienes fueron entrevistadas por Asuntos Internos, muestran los registros. Contactados por reporteros, Byrd y Peñate declinaron hacer declaraciones. No fue posible contactar a Reyes.

Betancourt falleció en noviembre de 2015, cinco meses después de ser entrevistada. La mujer cayó de un auto en movimiento, que según la Policía de Miami-Dade fue un accidente, pero que la familia y amigos consideran sospechoso. En su declaración jurada a los investigadores, Betancourt les había dicho explícitamente que Menocal amenazó con matarla si le contaba a alguien lo sucedido.

Una cuarta supuesta víctima, una joven adulta, dijo a la Policía que Menocal la detuvo en su auto y la presionó para tener relaciones sexuales.

Menocal no reportó haber detenido a ninguna de las cuatro supuestas víctimas.

Las víctimas que hablaron con la Policía dijeron que temían a Menocal porque era agente de la ley. Se cree que algunas eran trabajadoras sexuales, por voluntad propia o no, lo que las hacía especialmente vulnerables a la coacción de los policías.

Los investigadores también descubrieron videos que mostraban a Menocal llevó a otras ocho mujeres y niñas a la estación de policía. Las autoridades no pudieron identificar ni contactar a esas personas. Menocal no presentó informes sobre ninguno de los incidentes.

En 2016, después que la investigación fue referida a la Fiscalía Estatal de Miami-Dade, la fiscal estatal adjunta Johnette Hardiman decidió que no había suficientes pruebas para encausar a Menocal. En un memorando que cerró una de las investigaciones, Hardiman parecía duda de la credibilidad de las tres víctimas, describiéndolas como “pandilleras”, y calificó a una de “una bipolar que siempre se estaba fugando de su casa”.

Después de su encuentro con Menocal, la niña que la fiscal dijo que se fugaba de su casa —ni siquiera estaba en la escuela secundaria— le puso un peso a su camisa y la arrojó a un lago, pero los buzos de la policía no han podido recuperarla, indicó el memorando. La víctima dijo a los investigadores que tiró la camisa porque Menocal le había eyaculado encima y se sintió humillada.

En el memorando, la fiscal llegó a la conclusión de que “ninguna [de las mujeres] reclamó que le hubieran aplicado fuerza amenazas, sólo presión autorizada” de Menocal. Al final, Hardiman descubrió que no había suficientes pruebas que corroboraran —como testigos o ADN— para acusar a Menocal de un delito. “Ninguna de las chicas podía dar más que un rango de fechas vago para los incidentes”, escribió Hardiman en su nota de cierre.

“Muy preocupante— lamentablemente la [evidencia es] insuficiente para establecer pruebas de culpabilidad”, escribió en la nota que archivaba el caso José Arrojo, entonces asistente principal de la fiscal estatal y ahora director ejecutivo de la Comisión de Ética y Confianza Pública de Miami-Dade.

“El asunto será manejado administrativamente por la Policía de la Ciudad de Hialeah”, concluyó Hardiman.

Pero no fue así. Velázquez, el jefe de la Policía de Hialeah, no disciplinó a Menocal a pesar de aprobar formalmente la denuncia de Asuntos Internos el 14 de septiembre de 2016.

Más tarde, Velázquez asignó a Menocal a tiempo completo a la Academia de Policía del Miami Dade College.

Menocal siguió patrullando las calles de Hialeah hasta que Dacosta presentó una demanda en su contra y la Ciudad de Hialeah este año, según el Miami New Times.

El alcalde de Hialeah, Carlos Hernández, declinó decir mucho sobre el caso en su ciudad

“Hay una investigación penal y y tengo que ser muy cuidadoso porque no quiero decir nada que ponga en peligro la pesquisa”, dijo Hernández en una breve entrevista telefónica.

Mientras tanto, cuando el Miami Herald pidió a la Fiscalía Estatal los registros de la investigación que documentaban las alegaciones de mala conducta contra Menocal, incluidas las declaraciones de tres de las cuatro supuestas víctimas, la Fiscalía dijo se habían perdido. Después de repetidas demandas de los reporteros, la Fiscal Estatal recibió la mayoría de los documentos de manos de la Policía de Hialeah y los entregó. Al momento de esta publicación, la Ciudad de Hialeah no ha cumplido una solicitud del Herald para recibir los mismos documentos.

Ed Griffith, portavoz del fiscal del estado, dijo que Hardiman revisó todas las pruebas de Menocal antes de decidir no acusarlo. Dijo que su decisión se basaba en la falta de “credibilidad” de las personas que acusaron a Menocal y en si un jurado les creería, no en las dudas de que las alegaciones fueran veraces.

El portavoz dijo que la fiscal refirió el caso de Menocal a la división de Derechos Civiles del Departamento de Justicia federal en 2016 después que Hardiman se negara a presentar cargos.

La fiscal estatal de Miami-Dade, Katherine Fernández Rundle, que busca su octavo período consecutivo en 2020, ha hecho de la lucha contra la trata de persona una prioridad de su despacho. Encuestas a víctimas de trata de personas y trabajadoras sexuales en ciudades de todo el país indican que con frecuencia son blanco de intimidación y abuso por parte de agentes de policía.

Maria Haberfeld, profesora del John Jay College de Justicia Penal en Nueva York, dijo que dada la naturaleza de las alegaciones contra Menocal, estaba “francamente desconcertada” de que no lo disciplinaran.

“He estudiado asuntos policiales durante dos decenios y nunca he escuchado de nada así”, dijo Haberfeld.

Que Velázquez no disciplinara a Menocal, a pesar de apoyar cargos en su contra, envió un mensaje al resto del departamento de que “todo vale”, dijo

Pero esa no fue la única falla cometida en la forma que las autoridades manejaron el caso, dijo Yasmin Vafa, abogada y directora ejecutiva de la organización de derechos humanos Rights4Girls, con sede en Washington DC.

Vafa dijo que la Fiscalía Estatal de Miami-Dade mostró una “falta fundamental de compasión y entendimiento de la naturaleza de los casos de trata sexual infantil” al no considerar creíbles a las víctimas.

“La policía y los fiscales muchas veces no ven a estas víctimas con solidaridad”, dijo Vafa. “Pero en realidad son nuestros niños más vulnerables, jóvenes fugitivos y sin hogar, niños de comunidades minoritarias y empobrecidas. Es la razón por la que los traficantes y abusadores se aprovechan de ellos. … No hay nadie que los cuide o se preocupe por ellos y es menos probable que les crean si hacen denuncias, si es que las hacen. Son blancos perfectos”.

“Si fuera una niña blanca de una buena escuela de Miami que acusara a su policía escolar de violarla, creo que la fiscalía habría manejado el caso de manera completamente diferente”, dijo Vafa.

La familia Menocal tiene profundas raíces en la comunidad policial local, incluso al nivel más alto. El padre de Menocal, Jesús Menocal Sr., fue jefe de la Policía de Sweetwater dos veces, el primero en la década de 1990 y de nuevo en 2013 durante una investigación del FBI sobre acusaciones de abuso de poder y fraude policial. Ignacio, tío del sargento Menocal era policía de Miami y fue investigado, pero no acusado, a mediados de la década de 1980 por presuntos vínculos con narcotraficantes. Durante una investigación de Asuntos Internos, los investigadores descubrieron que Jesús Menocal Sr., aunque todavía no era policía, puede haber estado involucrado con su hermano mellizo y los traficantes. Ese descubrimiento eliminó solicitud de Jesús Menocal Sr. en la Policía de Miami. Ignacio más tarde se uniría a su hermano como policía en Sweetwater.

Padre e hijo dirigen un negocio llamado Menocal International Training, donde dictan cursos sobre uso táctico de fusiles y capacitación personalizada de armas de fuego. Jesús Menocal Jr. también ha solicitado permiso a la Policía de Hialeah para trabajar como modelo. Se unió al departamento de policía poco después de graduarse de la escuela secundaria Christopher Columbus. Antes de eso, fue representante de ventas en Hollister, recibiendo a los clientes en Walmart, vendedor de fragancias para caballero en Macy’s y guardia de seguridad en Kmart.

A partir de 2013, Menocal comenzó a trabajar como instructor por contrato en la Escuela de Justicia del Miami Dade College para entrenamiento SWAT y armas de fuego.

En respuesta a las preguntas del Herald, un portavoz del MDC dijo que la escuela no había recibido información sobre las alegaciones, a pesar de los reportes de televisión sobre la supuesta mala conducta de Menocal en 2015, y le había cancelado el contrato este mes tras ser contactado por reporteros.

“Es importante señalar que la Policía de Hialeah nunca informó al MDC de ninguna preocupación ni problema”, dijo el portavoz Juan Mendieta. “Este individuo no es un empleado de la universidad, sino un contratista”.

IMAGEN PREOCUPANTE

Para el mundo exterior, Menocal era un policía modelo. Casado y padre de dos hijos, recibió repetidas veces la calificación de “excelente” en las evaluaciones policiales en Hialeah y fue ascendido a sargento en 2013. En 2018 ganó poco más de $100,000, incluido su salario base y horas extras, y ganó premios por combatir la trata de personas y el tráfico de armas y drogas. En 2015, fue nombrado agente del mes y agente del trimestre “debido a su descubrimiento, investigación y desarticulación de una operación de trata de personas”.

Esa imagen quedó bajo una luz diferente en el verano de 2015, cuando las televisoras locales WSVN y CBS4 comenzaron a informar sobre las entonces anónimas alegaciones de Dacosta.

Menocal dijo a los investigadores en una declaración oficial que detuvo a Dacosta porque pensó que podría ser víctima de la trata de personas. Sospechó que una pasajera en el auto, que Dacosta dijo que era su novia, era de hecho su traficante. Tanto Dacosta como la pasajera, una mujer de unos 20 años, dijeron a los investigadores que estaban en la zona donde Menocal las detuvo porque la mujer adulta tenía que recoger un cheque que le debían. Ambos dijeron que se habían perdido.

En la declaración oficial, Menocal no explicó por qué no presentó un informe sobre el incidente.

En el memo de cierre del caso, la Fiscalía Estatal de Miami-Dade indicó que Dacosta no había dicho inicialmente a los detectives que participó en una publicidad en Backpage.com, una página digital ahora desaparecida que se usaba comúnmente para anunciar servicios sexuales, incluso de mujeres víctimas de tráfico sexual. Los fiscales consideraron que esto no era coherente con las declaraciones de Dacosta. El memorando también se refirió a otra acusación posterior de agresión sexual por parte de Dacosta, que no involucraba a Menocal, en que los fiscales opinaron que no había suficientes pruebas para encausar.

Dacosta presentó una demanda en el tribunal estatal en su propio nombre contra Menocal y la ciudad de Hialeah en junio.

Aunque Menocal no ha respondido a la demanda de Dacosta, la ciudad de Hialeah trató de trasladar la demanda de Dacosta al tribunal federal y en octubre trató de que se desestimara el caso.

Los abogados municipales alegan que su la ciudad de Hialeah es legalmente inmune a la responsabilidad por los supuestos “actos excesivos, intencionales y malintencionados” de su empleado, según la moción para desestimar el caso. Los abogados de la ciudad también argumentan que Hialeah no puede ser considerada responsable de la conducta de Menocal porque “esa conducta ocurrió mientras [Menocal] actuaba fuera del alcance de su empleo”. La moción no aborda la veracidad de las alegaciones.

Después que Dacosta se quejó, los detectives de la Policía de Hialeah se acercaron a las otras tres mujeres y niñas sobre la base de lo que habían escuchado sobre la supuesta mala conducta de Menocal, según los registros policiales.

Una de esas personas, una mujer de unos 20 años, dijo a los investigadores que estaba en un auto con un grupo de amigos cuando Menocal paró el vehículo. Le dijo que subiera a su auto policial y la llevó a un callejón cercano. Los dos se bajaron del auto e inmediatamente Menocal empezó a besarla, le dijo la mujer a los detectives. Luego se sacó el pene y la obligó a tocarlo, alegó. La mujer retiró la mano. Luego le exigió que realizara sexo oral, a lo que ella se negó. Los dos volvieron al vehículo policial y Menocal la dejó en un parque cercano.

Otra, Suzy Betancourt, de 30 años, dijo a la policía que Menocal la llevó a un lado durante una redada en una fiesta. Le preguntó si era una prostituta y comenzó a coquetear con ella antes de ofrecerse a llevarla a su casa, según la declaración jurada de Betancourt, quien estaba ebria y aceptó.

Los dos estaban juntos en el vehículo policial de Menocal, a unas tres o cuatro cuadras de su casa, cuando Menocal detuvo el auto y esposó a Betancourt, dijo la mujer. Entonces se quitó los pantalones y le bajó la blusa para exponer sus pechos. Betancourt dijo que se sintió “asustada e intimidada”. Menocal luego le tocó sus genitales, al tiempo que se sacó el pene y se tocó a sí mismo, dijo Betancourt. El encuentro terminó cuando Menocal recibió una llamada por radio.

Betancourt dijo que otros dos incidentes similares ocurrieron donde Menocal la paró y abusó de ella.

En una ocasión, Betancourt le dijo a la policía, él le dijo que “si alguna vez dices algo te voy a buscar y te voy a matar”.

Cinco meses después de hablar con los detectives de Hialeah, Betancourt, madre de dos hijos, falleció al caer de un vehículo en movimiento el 21 de noviembre de 2015. El forense determinó que murió por contusiones en la cabeza y el torso.

Detectives de tráfico de Miami-Dade dijeron que Betancourt, que había estado bebiendo y usando drogas, saltó del vehículo en movimiento, aunque tres hombres que viajaban en el auto dieron declaraciones no coherentes sobre si había estado discutiendo con uno de los hombres, en qué lado del auto viajaba y si les había advertido que iba a saltar, indican los registros policiales.

Su hermano, Gerardo Betancourt, cree que la investigación no fue lo suficientemente profunda. Gerardo dijo que experto en la funeraria le dijo que el cuerpo de Suzy no mostraba señales de rasponazos en la piel que ocurren normalmente cuando alguien se cae de un auto.

En los meses previos a su muerte, Suzy estaba luchando contra adicciones. Gerardo se encontró con ella tarde una noche en un McDonald’s en Hialeah. Ella estaba ebria, dijo Gerardo, y él le pidió que se fuera a casa con él.

La mujer le dijo que no podía irse, pero que estaba tratando de “acabar con alguien importante” que estaba haciendo daños a menores de edad.

“Ella me dijo que en lo que se estaba involucrando le iba a costar la vida”, dijo Gerardo.

Fuente: El Nuevo Herald