Estados Unidos sancionó este jueves 26 de septiembre a Raúl Castro y sus familiares cercanos por su papel en “violaciones graves de los derechos humanos”, según informó en Twitter el Secretario de Estado, Mike Pompeo.
“El desprecio del régimen cubano por los derechos humanos y el uso de la violencia para apuntalar al antiguo régimen de Maduro son responsables de las crisis en curso en Cuba y Venezuela”, añadió.
Raúl Castro cedió la presidencia en abril del 2018 a Miguel Díaz-Canel, pero se mantiene al frente del Partido Comunista, las fuerzas armadas y a cargo de las decisiones de gobierno más importantes.
El Departamento de Estado también sancionó a los hijo de Castro — Alejandro Castro Espín, Deborah Castro Espín, Mariela Castro Espín y Nilsa Castro Espín.
La sanción implica que ni Castro, de 88 años, ni sus hijos no podrán viajar a los Estados Unidos.
El gobierno estadounidense tiene un embargo hacia la isla y la administración de Donald Trump ha impuesto más sanciones, incluidas restricciones a los viajes y remesas a Cuba. Pero la designación del jueves es la primera sanción contra miembros específicos del régimen cubano.
La designación pública de Castro y sus hijos fue realizada bajo la sección 7031 de la ley de asignaciones del presupuesto del Departamento de Estado, que establece que los funcionarios de gobiernos extranjeros que han estado involucrados en casos significativos de corrupción o una violación grave de los derechos humanos no pueden entrar a Estados Unidos.
El viaje más reciente de Castro a Estados Unidos fue a Nueva York para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas en el 2015. Mariela Castro, actualmente diputada en la Asamblea Nacional, ha viajado a Estados Unidos en varias ocasiones, las más recientes en el 2012 y 2015.
El coronel Alejandro Castro Espín fue uno de los negociadores del restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos bajo el gobierno de Barack Obama, pero no queda claro si alguna vez viajó a Estados Unidos.
Según un comunicado del Departamento de Estado, como primer secretario del Partido Comunista Raúl Castro “supervisa un sistema que detiene arbitrariamente a miles de cubanos y actualmente retiene a más de 100 presos políticos”.
El gobierno estadounidense también responsabiliza a Castro “de las acciones de Cuba para apuntalar al antiguo régimen de Maduro en Venezuela a través de la violencia, la intimidación y la represión”.
“En concierto con los oficiales militares y de inteligencia de Maduro, miembros de las fuerzas de seguridad cubanas han estado involucrados en graves violaciones de los derechos humanos y abusos en Venezuela, incluida la tortura”, dijo el Departamento de Estado en un comunicado. “Castro es cómplice de socavar la democracia de Venezuela y desencadenar la mayor crisis humanitaria del hemisferio, obligando al 15 por ciento de la población venezolana a huir del país y precipitando una escasez de alimentos y una crisis de salud de escala sin precedentes en esta región”.
En la tarde, el gobierno cubano no había aún reaccionado al anuncio.
En un tuit en el que no hizo alusión a las sanciones, Mariela Castro escribió que “Quien dice que todo está perdido no ha vivido la experiencia intensa y hermosa de la solidaridad, la amistad y el amor por #Cuba en su significado más profundo.”
Activistas por los derechos humanos, organizaciones de exiliados cubanos y políticos republicanos alabaron las sanciones.
“Apreciamos las acciones de Estados Unidos al reconocer la grave crisis que ha sufrido el pueblo cubano y al sancionar a los represores”, dijo en Twitter la activista cubana Rosa María Payá. “Esperamos que las democracias de las Américas se unan contra la impunidad y se pongan del lado del pueblo cubano”.
En un comunicado, el senador de Florida Marco Rubio dijo que “la participación de Raúl Castro en grotescas violaciones de derechos humanos y su complicidad con organizaciones terroristas como el ELN, las FARC y su vínculo con el régimen de Maduro evidencian la amenaza que representa para Estados Unidos.”
Esta misma semana fueron anunciadas más sanciones contra compañías que transportan petróleo de Venezuela a Cuba. El Departamento de Estado también organizó un evento el jueves para llamar la atención sobre las violaciones y el “trabajo forzado” al que son sometidos los médicos en las misiones oficiales del gobierno cubano.
El pasado viernes, el gobierno de Trump también expulsó a dos diplomáticos cubanos acusados de participar en “operaciones de influencia” contra Estados Unidos.
Fuente El Nuevo Herald