El gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó este miércoles la orden de ejecución de James Dailey, que en 1985 mató a cuchilladas a la adolescente de 14 años Shelly Boggio, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado desnudo flotando en el agua.
DeSantis fijó para el próximo 7 de noviembre la ejecución de Dailey, de 73 años, y quien fue sentenciado a la pena capital en 1985 por la muerte de Boggio ocurrida en el condado floridano de Pinellas, en el oeste del estado.
Tal como informó la oficina del gobernador, el 5 de mayo de ese año, Dailey, junto con Jack Pearcy y Dwaine Shaw recogieron a la víctima y a su hermana gemela, ambas de 14 años, que estaban pidiendo un “aventón” cerca de la ciudad de St.Petersburg.
Después de una noche de copas, “Dailey y Pearcy llevaron a Shelly Boggio a una desértica área de pesca”, y horas después el cuerpo de la menor fue hallado desnudo y con múltiples cortes, y su ropa interior encontrada “cerca de un charco de sangre”.
“La autopsia reveló que había sido apuñalada y ahogada”, agregó la oficina del gobernador.
Pearcy, hoy de 64 años y que cumple una sentencia de cadena perpetua, confesó a la Policía que Dailey apuñaló a la víctima y luego la arrastró hacia el agua, donde la sujetó hasta ahogarse.
Según documentos de la corte, el asesinato estuvo motivado por un ataque sexual.
El sentenciado, que se convertiría en el ejecutado número 100 en Florida desde que en 1976 el Tribunal Supremo reintrodujo la pena de muerte en EEUU, ha peleado en la corte su condena durante unos 30 años, según la oficina del gobernador.
De no prosperar la apelación presentada en la Corte Suprema de Florida y, en ese caso, en la que se prevé se presente en la Suprema federal, Dailey se convertirá así en el tercer ejecutado desde que en enero pasado el republicano DeSantis asumió el gobierno de este estado.
Los otros dos ejecutados han sido Gary Ray Bowles, que recibió la inyección letal en agosto pasado, y Bobby Joe Long, quien fue ejecutado en mayo pasado.
La orden del gobernador de Florida se da el mismo día en que el estado sureño de Texas ejecutó a Robert Sparks, quien fue condenado a muerte por haber asesinado a su mujer y a sus dos hijastros, y que violó también a sus hijastras.
La del miércoles fue la séptima ejecución ocurrida en Texas en 2019 y la número 16 en todo el país.
Desde 1976, han sido ejecutadas 1,506 personas en Estados Unidos.
Fuente: elnuevoherald.com