En 2015, Leo y su familia iban de vacaciones por Tailandia. Sin embargo, sus dueños pararon el carro a un lado de la carretera para cargar gasolina y fue cuando el perro se bajó y se perdió.
Lo buscaron por mucho rato, pero no lo encontraron, afirma Clarín. Ellos se dieron por vencidos y decidieron irse; en cambio, cuando Leo vio que ya no estaban, decidió esperarlos a que regresen por él. Así, pasaron cuatro años hasta que por fin llegó el día del reencuentro.
La historia de Leo se hizo conocida en redes sociales gracias a un muchacho que lo encontró merodeando por la zona como si buscara algo. El joven observó por mucho tiempo al perro y presenció cuando una mujer se acercó a alimentarlo.
Entonces le preguntó de quién era el can. La fémina, conocida en la zona como la señora Pinnuchawet, le respondió que lo lleva alimentando desde hace cuatro años y que Leo nunca se mueve ahí.
Incluso, le contó, intentó llevárselo a su casa para adoptarlo -lo cual hizo-, pero Leo escapó y regresó a la carretera. Fue ahí cuando ella entendió que el perro esperaba a alguien y decidió seguir alimentándolo en ese lugar
Reencuentro
Miles de usuarios compartieron la historia de Leo para tratar de encontrar a sus dueños. Fue así que una familia se comunicó con el autor de la publicación y le contó que habían perdido a un perro hace cuatro años en una carretera.
Después de que vieron la foto de Leo, comprobaron que se trataba de Bonbon, la mascota que descuidaron durante su viaje de vacaciones.
El dueño de Leo, de apellido Noi, explicó que pensaban que el perro había muerto. Dijo también que aquella vez lo buscaron por horas sin tener éxito. Cuando se animaron a ir al lugar donde se encontraba el can, se dieron con la sorpresa de que, efectivamente, era Bonbon.
La emoción desbordó, recoge Clarín. Leo estaba muy feliz de verlos y sus dueños también.
La decisión de Leo
No obstante el emotivo reencuentro, cuando la familia del perro lo quiso subir al auto, él puso resistencia. Intentaron varias veces llevarlo con ellos, pero Leo se negó siempre.
Entonces, la señora Pinnuchawet, que estuvo presente en todo momento, quiso intentar una vez más acompañar a Leo. Se lo llevó a su casa y el can la siguió.
Leo había elegido a su nueva familia y solo estaba esperando a los Noi para despedirse de ellos.
Sus anteriores dueños aceptaron su decisión y prometieron regresar a verlo de vez en cuando. A la señora Pinnuchawet le ofrecieron dinero para los gastos médicos de Leo, ya que se encontraba flaco y demacrado.
Fuente: La República