La líder de Hong Kong, Carrie Lam, retirará el controvertido proyecto de ley de extradición que provocó las protestas que llevan más de dos meses teniendo lugar en el territorio.
La propuesta, presentada en abril, permitiría que presuntos delincuentes fueran extraditados a China continental.
Inmediatamente después de ser presentado, el proyecto de ley generó críticas de los opositores, que argumentaron que socavaría las libertades legales de Hong Kong y que podría usarse para intimidar o silenciar a los críticos de Pekín.
Como respuesta, el gobierno de Hong Kong decidió en junio, pero la retirada total del proyecto era una de las principales demandas de los manifestantes.
Hong Kong se encuentra en su decimocuarta semana consecutiva de manifestaciones, cuyos participantes también piden derechos democráticos plenos.
Antes del anuncio de Lam, el destacado activista prodemocracia Joshua Wong dijo que la retirada del proyecto de ley sería «demasiado poco y demasiado tarde».
Los manifestantes también quieren una investigación independiente sobre la presunta brutalidad policial; una amnistía para los arrestados y mayores reformas políticas. También exigen que los funcionarios dejen de describir las protestas como disturbios.
Hong Kong fue devuelto por Reino Unido a China en 1997, tras más de 150 años de dominio británico. El territorio se ha mantenido semiautónomo bajo el principio de «un país, dos sistemas», pero algunos temen que China esté buscando un mayor control.
No es bastante, demasiado tarde
Estas informaciones, y la esperanza de un apaciguamiento en la crisis, hicieron subir la bolsa local, que cerró con un alza de casi un 4%, cuando había perdido más del 10% desde el inicio de las protestas.
Las acciones de la compañía aérea hongkonesa, Cathay Pacific, a la que Pekín dio una advertencia debido al apoyo de ciertos empleados al movimiento, ganó un 7,21%.
Pero no es seguro que esta concesión sea suficiente para calmar a los manifestantes, que exigen más cambios.
«No es bastante, demasiado tarde», declaró Joshua Wong, que en 2014 fue la cara visible del «Movimiento de los Paraguas» y que fue detenido brevemente la semana pasada, durante una redada contra las grandes figuras de la movilización actual.
«También pedimos al mundo que esté atento a esta táctica y que no se deje engañar por Hong Kong y el Gobierno chino. En realidad no concedieron nada, y se prepara una represión a gran escala», añadió.
En los diferentes foros de internet usados por el movimiento prodemocracia aparecían también comentarios señalando que esto no significaría el fin de las protestas.
«Más de 1.000 personas fueron detenidas, una cifra incalculable de heridos», indicaba en especial un mensaje ampliamente difundido en la aplicación de mensajería Telegram.
«Cinco exigencias principales, no una menos. Liberen HK (Hong Kong), revolución ahora», añadía.
Los manifestantes siguen exigiendo principalmente la introducción del sufragio universal o la apertura de una investigación independiente sobre el uso de la fuerza por la policía hongkonesa.
Por su parte, Pekín, dio muestras el martes de querer calmar la situación. El portavoz de la oficina de negocios de Hong Kong y Macao, Yang Guang, aseguró que los habitantes de la isla «incluidos los jóvenes estudiantes», tenían el derecho a manifestarse «pacíficamente».
Durante estos tres últimos meses, Lam adoptó a menudo un tono provocador, dando la impresión de no querer o no estar dispuesta a hacer concesiones.
El martes, durante una rueda de prensa, afirmó que no tenía la intención de dimitir, después de que se filtrara una grabación de audio.
En esta última decía que quería dejar su puesto y que solo contaba con un margen de maniobra “muy limitado” para solucionar la crisis.
Fuente: BBC/ La República