Las empresas de Donald Trump han cobrado 1,3 millones de dólares a la propia campaña de reelección del presidente de Estados Unidos desde su llegada a la Casa Blanca, transfiriendo así dinero de los donantes al bolsillo del magnate.
Así lo asegura una información publicada el pasado miércoles por un revista financiera con base en una revisión de los informes de gastos de la plataforma para las elecciones de 2020.
La mayor parte de ese dinero ha ido a parar en concepto de alquileres a Trump Tower Commercial LLC, la compañía con la que el presidente controla su participación en la Torre Trump de la Quinta Avenida de Nueva York.
La campaña para la reelección de Trump ha pagado más de 800.000 dólares a esa sociedad, a los que se suman otros 225.000 dólares por renta abonados por el Comité Nacional Republicano en coordinación con la campaña, según Forbes.
Además, también han recibido decenas de miles de dólares otras empresas del Grupo Trump, incluido su negocio de restaurantes y otra sociedad inmobiliaria que controla varios edificios residenciales en Nueva York.
Según Forbes, no está claro a qué corresponden algunos de estos pagos, pues esos inmuebles aparentemente no están siendo utilizados para la preparación de los comicios de 2020.
Las normas electorales estadounidenses permiten a los candidatos dirigir dinero de sus campañas a sus propios negocios, siempre que paguen precios de mercado por los bienes o servicios en cuestión.
En 2015, cuando se lanzó a por la Casa Blanca, Trump insistió en varias ocasiones en que iba a usar su propio dinero para financiar la campaña electoral, algo que hizo de entrada, invirtiendo 50 millones de dólares.
Sin embargo, una vez que logró la nominación del Partido Republicano, las contribuciones externas se convirtieron en la mayor vía de ingresos de la campaña, con 234 millones de dólares aportados entre julio y noviembre de 2016, frente a solo 16 millones pagados por el propio Trump.
EFE