(MiamiNews24).- El funeral de Estado del expresidente George H.W. Bush fue el marco propicio para que el presidente Donald Trump se reencontrara con varias figuras con las que ha antagonizado históricamente.
Específicamente, Trump llegó a la Catedral Nacional de Washington donde por designaciones protocolares debió tomar asiento junto a los expresidentes Barack Obama, Bill Clinton y Jimmy Carter, a quienes acompañaban sus esposas.
En las primeras de cambio, fue Melania Trump quien saludó primero a los Obama con la discreción requerida del funeral mientras que su marido le sucedió, estrechando la mano tanto de Barack como de Michelle Obama.
Para los Clinton, sentados un puesto más alla, no tuvo gesto alguno como tampoco para Carter.
En fechas recientes, Michelle Obama tuvo fuertes expresiones hacia el primer mandatario en su libro autobiográfico al decir que su cuestionamiento a la nacionalidad de su esposo había sido algo peligroso e imperdonable; además de calificarlo como «misógino» en otra sección referida a las elecciones.
También entre los Bush y los Trump la relación había sido tirante, pero Melania tomó parte en el funeral de Barbara Bush en enero y el propio Trump había tenido gestos de acercamientos a propósito de la muerte del expresidente, como poner a disposición de la familia la residencia de huéspedes de la Casa Blanca.
Es recordado que George H.W. Bush no asistió a la investidura de Donald Trump como presidente, aludiendo razones de salud.
Fuente: T51