(Miaminews24).- Cuando se lo proponen parecen no tener oposición. Golden State Warriors se pone en modo Dios y se quita del camino a los rivales con una facilidad que asusta. Tomó el control de la final de la Conferencia Oeste de la NBA con un concierto de Stephen Curry y una función colectiva que le permitió imponerse por la diferencia más amplia de la historia de la franquicia: 41 puntos. Y lo hizo ante el mejor equipo de la temporada regular, Houston Rockets.
«Estamos en medio de una gran racha, obviamente». Las palabras de Steve Kerr salen con naturalidad y lo más extraordinario del asunto es que no tiene nada de natural lo que hacen sus muchachos. Llegaron a 16 triunfos consecutivos en playoffs en Oakland y con esa marca pulverizaron el récord de un tal Michael Jordan y compañía, que con Chicago Bulls habían logrado 15 éxitos como local en postemporada entre el 27 de abril de 1990 y el 21 de mayo de 1991.
Impresiona a cada paso Golden State Warriors. Quebraron un registro que llevaba 70 años sin poder ser alcanzado. Le dieron una paliza a los Rockets y le sacaron una diferencia de 41 tantos, el éxito más amplio de la historia de la franquicia en un partido de postemporada. El antecedente es de 1948, cuando los Warriors eran de Philadephia y se impusieron sobre St. Louis Bombers por 85-46, en la BAA, Basketball Association of America. Todavía no existía la NBA.
Pero no sólo se trató de una producción colectiva demoledora, sino que Curry volvió a tomar la riendas y desplegó todo su talento: 35 puntos en 34 minutos. Convirtió 18 puntos en un tercer cuarto en el que encestó con 7 de 7 en tiros de campo. Al grito: «Esta es mi … casa», Curry dejó sin efecto a James Harden . «Esto es lo que esperaba poder hacer. Estoy agradecido por haber anotado estos lanzamientos en el momento indicado, pero lo importante es que hemos defendido mucho mejor. No dejo que dos partidos con dificultades de anotación me frustren», dijo Curry.
Y como es habitual, no estuvo solo Curry, porque contó con los laderos de siempre: Kevin Durant aportó 25 puntos, seis rebotes y seis asistencias, mientras que Draymond Green se anotó en la función con 17 rebotes, 10 tantos y 6 asistencias. El quintero de la muerte, completó la tarea con 10 puntos de Andre Iguodala y 13 de Klay Thompson.
«Siempre es importante comenzar la serie en tu campo con victoria, pero además si lo haces jugando un buen baloncesto es doble motivo de satisfacción», dijo Kerr. Y está claro que el nivel de sus jugadores le permite soñar con otro anillo de la NBA.
Con información de LN.
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