Aumentan los heridos y las dudas en torno al tiroteo escolar de Texas

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(Miaminews24).- El Buró Federal de Investigaciones (FBI) elevó hoy a 13 el número de heridos en el tiroteo de este viernes en una escuela de Santa Fe (Texas), mientras seguía tratando de aclarar qué llevó a un joven de 17 años a emprender la masacre en la que perdieron la vida diez personas.

Entre los heridos se encuentran los dos agentes de seguridad del instituto, cuyo estado de salud es «crítico pero estable» dentro de la gravedad, según confirmó el jefe de policía del Departamento de Santa Fe, Walter Braun, en una conferencia de prensa.

Braun explicó que ambos oficiales, encargados de vigilar el centro educativo, actuaron «de la mejor forma posible» y que recibieron entrenamiento para responder a este tipo de situaciones, por lo que sus lesiones se deben a la magnitud del ataque y no a una falta de competencia.

«Hicieron lo que tenían que hacer según el protocolo, acudieron inmediatamente, trataron de detener al sospechoso y estamos orgullosos de su trabajo», comentó.

Las autoridades policiales no quisieron revelar más detalles, al tratarse de una investigación en curso, sobre las posibles motivaciones que llevaron al joven de 17 años Dimitrios Pagourtzis a matar a diez personas, la mayoría de ellas compañeros de la misma escuela.

Los estudiantes comentaron a diversos medios locales que el presunto asesino era un chico tranquilo, bastante tímido y poco hablador que jugaba en el equipo de fútbol americano de la escuela, por lo que resultaba «inimaginable» que cometiera estos actos.

Sin embargo, en el perfil de Pagourtzis en Facebook se pueden ver fotografías en las que muestra iconos totalitarios, desde el comunismo hasta elementos de estética neonazi, aunque, paradójicamente, en su principal foto aparece con una gorra que lleva el símbolo de la paz.

En la misma red social, el presunto asesino publicó una fotografía de una camiseta con el lema «Nacido para matar» que, según medios locales, es la que llevó puesta durante el tiroteo.

La personalidad de Pagourtzis es uno de los grandes interrogantes para los investigadores, que tratan de descubrir por qué robó una escopeta y una pistola del arsenal doméstico de su padre y abrió fuego contra sus compañeros indefensos.

En su primera aparición ante un tribunal el viernes, el menor reconoció la autoría de los hechos y dijo que su plan era suicidarse tras la matanza, pero finalmente no tuvo «coraje» para hacerlo.

Además, según fuentes judiciales, admitió que evitó disparar a las personas que le caían «bien», para que después ellos pudieran «contar la historia».

Tras esta vista, Pagourtzis fue llevado de nuevo a su celda en la prisión de Galveston (Texas), en la que se encuentra aislado a la espera de continuar con un proceso judicial que le expone potencialmente a una condena a cadena perpetua.

El juez del condado de Galveston, Mark Henry, dijo hoy que las autoridades le confiscaron explosivos caseros que, por fortuna, no estaban listos para ser detonados, al carecer de material incendiario.

Los artefactos estaban elaborados con botes de dióxido de carbono pegados entre sí y con una olla a presión con un reloj despertador y clavos en el interior.

El campus de la escuela de Santa Fe permanecerá cerrado hasta el martes 22 de mayo debido a las labores de exploración para determinar que no queda ningún artefacto en el terreno, por lo que los responsables del Distrito Escolar pidieron a los dueños de los vehículos que acudan a retirarlos del aparcamiento.

Por su parte, las organizaciones sanitarias pidieron a la ciudadanía que donara sangre en los hospitales de la zona para poder ayudar a los heridos, que se encuentran todavía en estado crítico.

La sociedad texana se volcó una vez más para ayudar a su comunidad en una nueva tragedia, y la estrella de fútbol americano de los Houston Texans, JJ Watt, anunció su disposición a pagar los costes del funeral de las víctimas.

Este es el peor tiroteo escolar después del sucedido el 14 de febrero en una escuela secundaria de Parkland (Florida) en el que fallecieron 17 personas, tras el cual se generó un gran debate sobre el control de las armas en Estados Unidos.

Fuente: DLA