Existen muchos mitos sexuales femeninos y por ello, la ciencia se ha encargado de aclarar algunos y aquí te decimos cuales son.
Durante la juventud, las mujeres viven entre la incertidumbre y la desinformación relacionadas a la vida sexual.
Sin embargo, diferentes estudios científicos aseguran que existen muchos mitos que impiden que la mujer viva a plenitud su vida sexual, sola o en pareja.
Mitos sexuales femeninos desmentidos
Existen tres mitos específicos que han cambiado la dinámica sexual del género femenino durante los años. Y son los siguientes:
La promiscuidad debilita las paredes vaginales. Expertos señalan que este mito surgió a raíz de la necesidad de que las mujeres se mantuvieran vírgenes hasta el matrimonio, aún cuando no se ha podido demostrar que se afecte o no la vagina, expresó El UniversoEl Universo.
Sin embargo, se ha demostrado en algunos estudios que la vagina se afecta con los partos, por el paso de los años y por el aumento de peso.
La eyaculación femenina no existe, este es el segundo mito que en la actualidad ha sido desechado como una verdad, puesto que algunos expertos han demostrado que la eyaculación femenina es una respuesta propia del cuerpo y por tanto, existe.
Y por último, la ruptura del himen, decían que esto debía suceder cuando la mujer tuviera su primera relación sexual, pero se ha demostrado que pasa por un golpe, montando bicicleta, o en los parques al tener contacto con superficies duras, o montando a caballo.
La verdad, es que la membrana puede romperse sin necesidad de estar entonces en el acto sexual, y muchas veces las mujeres desconocen que han perdido el himen, razón por la que pasa a ser mito.
La solución para las arrugas en simples pasos
Las arrugas son algo que muchas personas quieren eliminar completamente, para ello existen algunos alimentos que podrían ayudar.
Con el paso del tiempo, la producción de las fibras de colágeno y elastina, por las que está constituida principalmente la dermis, disminuye.
Alimentos que te podrían ayudar para las arrugas
Como consecuencia, la epidermis, se vuelva más fina y la hipodermis, la capa más profunda de la piel, pierde tejido graso, el cual es el cimiento de toda la estructura de los tejidos.
Como resultado de ello y de la gesticulación diaria, en nuestro rostro comienzan a aparecer lo que llamamos arrugas.
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La aparición de arrugas y el proceso de envejecimiento son irremediable y obedece a un ciclo biológico y natural que será distinto en el caso de cada persona.
Sin embargo, en este proceso también influyen factores exógenos que están en nuestra mano modificar para evitar un envejecimiento cutáneo prematuro.
Se habla así del estilo de vida, los hábitos que llevemos a cabo y la alimentación. Este último es un factor esencial.
Aunque los alimentos por sí solos no tienen la capacidad de mantener la juventud ni hacer desaparecer las arrugas, lo que es cierto es que debido a su calidad nutricional pueden contribuir a retrasar el proceso de envejecimiento y mantener una piel más sana.
También es importante recordar que la alimentación por sí sola no puede conseguir un resultado final beneficioso, y se debe completar con una buena rutina de cuidado.
Alimentos para mantener la juventud en la piel
Para mejorar la apariencia de la piel, es recomendable incluir en la dieta, nutrientes y activos que ayuden a detener las principales causas de los signos de la edad: la oxidación, glicación e inflamación celular.
L-Prolina y la L-Lisina
Estos aminoácidos propician la síntesis de nuevo colágeno, esencial para aportar densidad, calidad y firmeza a los tejidos.
La lisina se puede encontrar mayoritariamente en verduras, por lo que será beneficioso incluir a nuestra alimentación productos como aguacates, tomates o frutas como mango.
Por su parte, la prolina la contienen carnes magras como pollo o pavo o ciertas hortalizas tales como judías o guisantes.
Vitamina E
Tiene un alto poder antioxidante y propicia la producción de nuevo colágeno. De este modo la vitamina E mejora la apariencia de la piel, gracias a su poder humectante y antiglicador.
Podemos añadir este beneficioso activo a través de frutas cítricas como la naranja, el kiwi, la papaya o alimentos como brócoli y tomate.
Con información de | Infobae
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