El ataúd de la reina Isabel finalmente arribo al castillo de Windsor; los británicos hicieron callar hasta su más preciado símbolo para homenajear a su reina.
Una procesión recorrió Londres a pie hasta el arco de Wellington y ahora se utiliza un vehículo para recorrer 35 kilómetros hasta el palacio, donde habrá una nueva procesión y otra ceremonia, esta vez en la capilla de San Jorge.
El féretro con los restos mortales de la reina Isabel II llegó este lunes después de las 13.00 hora local en procesión hasta el arco de Wellington, en la esquina sureste de Hyde Park, en Londres, donde fue transferido a un vehículo fúnebre que lo llevará hasta el castillo Windsor.
Reina Isabel oficialmente llego al castillo de Windsor
El cortejo fúnebre fue encabezado por la Real Policía Montada de Canadá. Además, participaron miembros de las fuerzas armadas británicas y de la Commonwealth, la policía y el Servicio Nacional de Salud.
El ataúd de la soberana recorrió en procesión las calles del centro de la capital británica, seguido a pie por el rey Carlos III, el príncipe Guillermo de Gales y otros miembros de la familia real.
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Mientras que la reina consorte, Camila; la princesa de Gales, Catherine; la condesa de Wessex, Sofía (esposa del príncipe Eduardo) y la duquesa de Sussex, Meghan, lo acompañaron en automóviles.
Está previsto que a las 15:00, hora local, el féretro de Ia reina llegue a Windsor. Allí recorrerá en procesión los cerca de 5 kilómetros del Long Walk, la característica avenida arbolada que desemboca en el castillo de Windsor, la residencia real donde más tiempo solía pasar Isabel II.
A las 16.00 hora local, se celebrará un servicio religioso que congregará a unos 800 invitados en la capilla
La misa será oficiada por el deán de Windsor, David Conner, con una bendición del arzobispo de Canterbury, Justin Welby.
La ceremonia religiosa incluirá tradiciones que simbolizan el final del reinado de Isabel II. Por ejemplo, la Corona Imperial, el orbe y el cetro de la soberana serán retirados de encima del féretro por el joyero real.
Luego del último himno, el rey Carlos III depositará la bandera de la Guardia Granadera sobre el féretro.
El féretro de la reina salió del Palacio de Westminster.
Comenzó el traslado de los restos mortales a la abadía, que durará unos ocho minutos.
El féretro de Isabel II llegó a la abadía de Westminster
Los restos fueron llevados en un afuste de la Royal Navy tirado por decenas de marineros. El ataúd está .cubierto con el estandarte real y la corona imperial.
Su sucesor Carlos III y otros miembros de la familia real seguían a pie el cortejo.
El féretro llegó a Wellington Arch y fue colocado en un coche fúnebre para ser llevado a Windsor. Los miembros de la familia real están reunidos para presenciar la siguiente parte de la ceremonia.
El arco era la entrada original al Palacio de Buckingham, y más tarde se convirtió en un arco de la victoria que conmemora la derrota del Duque de Wellington contra Napoleón.
Allí, el ataúd descenderá hacia la cripta real
Por el momento no está confirmado si Joe Biden usará el bus o esperará para viajar en su vehículo de seguridad privado, conocido como “La Bestia”.
En la capilla de San Jorge, un lugar habitual de bautizos, bodas y funerales reales, se celebrará en la tarde del lunes un servicio religioso ante unos 800 invitados, un recorte de los 2.000 presentes en la abadía para el funeral.
En los últimos años, esa capilla acogió el enlace entre el príncipe Enrique y Meghan, en 2018, así como el funeral del príncipe Felipe, esposo de la reina, en abril de 2021.
El Big Ben marcó las 20 horas sin las tradicionales ocho campanadas. Ni siquiera el reloj más famoso del mundo se atrevió a romper el luto británico impuesto en homenaje a la reina Isabel II.
la ciudad entera se sumió por dos minutos en el silencio, el último homenaje a la reina Isabel II
Una multitud se había reunido alrededor de ese galpón de piedra construido hace casi mil años y alrededor de la Abadía de Westminster, para esperar cerca de la reina muerta el poder ofrendarle su silencio.
Eran exactas las ocho de la noche porque lo marcaban las agujas del Big Ben. Pero cuando todos esperaban las ocho campanadas graves, profundas, severas del reloj más famoso del mundo, las campanas no tañeron.
Los británicos hicieron callar hasta su más preciado símbolo para homenajear a su reina. Fue un silencio estrepitoso. Cayó, como la noche ya otoñal, pesada y sólido, y se extendió como una ola gigantesca a derecha e izquierda, a lo largo de Parlamento Street y casi de cara al Westminster Bridge a la derecha del gran reloj.
Con información de | La Opinión | CNN
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