El síndrome de Asperger (AS) es un trastorno que se caracteriza porque el paciente manifiesta intereses limitados o una preocupación inusual y obsesiva con un objeto o un tema en particular, llegando a excluir otras actividades y temas de conversación.
Las personas que lo padecen suelen tener una inteligencia normal o ligeramente por encima de la media, pero muestran rutinas o rituales repetitivos, así como una tendencia a hablar de manera demasiado formal o monótona y a interpretar figuras retóricas e ironías de manera literal.
¿Cómo sufre un paciente con el trastorno del síndrome de Asperger?
A veces su lenguaje corporal es inexistente. También exhiben un comportamiento social y emocionalmente inadecuado y se muestran incapaces de interactuar exitosamente con los demás.
La torpeza física y la ausencia de empatía hacia los demás son otros rasgos característicos de la enfermedad, que se suele diagnosticar en edad escolar.
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Se estima que en torno a 3 de cada 1.000 niños podrían padecer el trastorno, que es más frecuente en varones y se clasifica como un trastorno del espectro autista (TEA).
Se cree que científicos como Albert Einstein o Isaac Newton, artistas como Miguel Ángel y músicos brillantes como Beethoven pudieron padecer el síndrome de Asperger.
Síntomas
Los primeros signos de síndrome de Asperger pueden aparecer durante el primer año de vida e incluyen:
Intereses restrictivos y repetitivos: por ejemplo, convertirse en un experto de una sola temática con exclusión de todas los demás; algo que suele implicar recopilar, numerar o enumerar incansablemente.
Discurso formal o distinto: es posible que se produzca falta de ritmo o entonación a la hora de hablar. El discurso puede resultarnos plano, monótono, inusualmente lento o rápido -sin importar el tema de conversación-, o el volumen puede ser inapropiado para lo que estamos acostumbrados.
Rutinas: las personas con síndrome de Asperger pueden tener reglas y rituales que mantienen metódicamente para reducir la confusión. Cambiar la rutina puede provocarles ansiedad.
Aislamiento social: La tendencia a hablar únicamente sobre un campo en particular y su pobre habilidad para relacionarse socialmente pueden conducir al aislamiento. Pueden parecer distantes y retraídos. Hacer y mantener amigos puede ser, para ellos, todo un desafío.
Otras patologías
Retraso en el desarrollo motor: la mala coordinación puede dificultar la realización de tareas simples como atarse los cordones de los zapatos.
Problemas con la proximidad: pueden experimentar dificultades para saber cómo de cerca deben estar con otra persona mientras charlan.
Los chistes, el sarcasmo y la ironía pueden causar angustia y confusión: es posible que tengan una visión muy literal del mundo, de ahí que la ironía y el humor no sean sencillas de comprender, lo que puede conducir nuevamente a la frustración y la confusión.
Dejando de lado las dificultades, todo aquello relacionado con la lógica y la memoria resulta fascinante para una persona con Asperger. Pueden ser excepcionalmente hábiles en matemáticas, informática y música.
Diagnóstico
No existe ninguna prueba específica para el síndrome de Asperger. Pruebas de carácter físico, como la audición, los análisis de sangre o las radiografías pueden descartar otras afecciones y determinar si un trastorno físico es el que está causando los síntomas.
Por ello, debido a la variedad tan grande de síntomas es complicado tener un diagnóstico temprano de este trastorno del desarrollo.
De acuerdo a la Secretaría de Salud, en México, aproximadamente 120 mil personas viven con esta condición; la mitad de ellas llega a la edad adulta sin diagnóstico.
En 1944 el pediatra austriaco Hans Asperger definió este síndrome en un grupo de niñas y niños con capacidad intelectual normal, pero con problemas en destrezas sociales, emocionales y de comunicación, además de conductas e intereses inusuales
En 1981, Lorna Wing, psiquiatra británica, le dio el nombre de síndrome de Asperger.
Los criterios para este síndrome se incluyeron por primera vez en 1994 en el DSM-4 (Manual Diagnóstico de Enfermedades Mentales), y en su última edición en 2012 se eliminó como un trastorno aislado y se incluyó dentro del Trastorno del Espectro Autista.
Con información de | Muy Interesante
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