La obesidad es el problema de salud más frecuente en la mujer; genera un desequilibrio en el metabolismo de las grasas que conduce a un estado crónico de inflamación que a su vez facilita el desarrollo de resistencia a la insulina.
Además genera un desequilibrio en el metabolismo de las grasas que conduce a un estado crónico de inflamación que a su vez facilita el desarrollo de resistencia a la insulina.
La obesidad según estudios es más perjudicial en la mujer
«La obesidad es una enfermedad crónica porque una vez que los mecanismos se estropean cuando uno acumula grasa en exceso, realmente no se curan, siempre hay que estar vigilando”.
Un problema de salud tan delicado como la obesidad podría llegar a ocasionar en la mujer tumores cancerígenos, problemas de hipertensión, infartos, entre otros.
Como explica la Ginecobstetra Carmen Mantellini, “La obesidad afecta la fertilidad al alterar el eje entre el hipotálamo, la hipófisis y el ovario, eso se traduce en ciclos menstruales irregulares en su frecuencia y volumen que además puede afectarla desde la adolescencia… Adicionalmente en estas pacientes hay un mayor riesgo de abortos y de estos a repetición, con una mayor incidencia de diabetes del embarazo”.
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Las pacientes embarazadas con obesidad tienen también mayor riesgo de desarrollar trastornos hipertensivos del embarazo y un mayor riesgo de desarrollar hipertensión a lo largo de su vida.
“En la menopausia la obesidad se considera un factor de riesgo no sólo para enfermedades cardiovasculares como el infarto y la trombosis, sino también para el Desarrollo de al menos 13 tipos diferentes de cánceres, entre los más frecuentes tenemos cáncer de mama, endometrio y colon”.
En la actualidad alrededor del 22 por ciento de la población adulta sufre de obesidad con un ligero aumento en la mujer
Por lo que se debe seguir insistiendo en aprovechar los años en vida reproductiva para seguir adquiriendo y aprendiendo hábitos saludables que permitan tener una vejez con salud e independencia.
Los expertos advierten de que sus efectos más negativos se producen porque actúa como un agente que acentúa y agrava a corto plazo y de forma muy evidente patologías graves como la diabetes, la hipertensión, las complicaciones cardiovasculares (especialmente la cardiopatía isquémica), e incluso algunos tipos de cáncer, como los gastrointestinales.
“Es decir, que una persona que por la razón que sea se ha puesto obesa, ha perdido el control de los millones de mecanismos que le van a regular por dentro el cuerpo.
Causas
Las causas de la obesidad son múltiples. Además de una mala alimentación o la falta de ejercicio físico, también existen factores genéticos y orgánicos que inducen su aparición.
También pueden influir los factores socioeconómicos. En algunos países desarrollados, la frecuencia de la obesidad es más del doble entre las mujeres de nivel socioeconómico bajo que entre las de nivel más alto.
En la actualidad estudios revelan que la obesidad es un problema de salud difícil de tratar sobre todo en la mujer ya que ocasiona a su vez otras patologías y problemas a tener en cuenta.
Otros aspectos que hay que tener en cuenta son la existencia de enfermedades que pueden favorecer que la obesidad se manifieste. Además, algunos tratamientos farmacológicos, la falta de sueño o dejar de fumar también son factores de riesgo de la obesidad.
Síntomas
Por último, el estrés o etapas como la menopausia o después de dar a luz pueden coincidir con un aumento de peso que si no se trata, puede acabar provocando obesidad.
La acumulación del exceso de grasa debajo del diafragma y en la pared torácica puede ejercer presión en los pulmones, provocando dificultad para respirar y ahogo, incluso con un esfuerzo mínimo.
La dificultad en la respiración puede interferir gravemente en el sueño, provocando la parada momentánea de la respiración (apnea del sueño), lo que causa somnolencia durante el día y otras complicaciones.
La obesidad puede causar varios problemas ortopédicos, incluyendo dolor en la zona inferior de la espalda (lumbalgia) y agravamiento de la artrosis, especialmente en las caderas, rodillas y tobillos.
Los trastornos cutáneos son también frecuentes. Dado que las personas obesas tienen una superficie corporal escasa con relación a su peso, no pueden eliminar el calor del cuerpo de forma eficiente, por lo que sudan más que las personas delgadas
Alimentación
Comer bien es uno de los pilares principales para evitar la obesidad. Entre los errores que se cometen con más frecuencia está seguir una dieta, tal y como señala Susana Monereo: “hay que evitar estar eternamente a dieta porque el efecto yoyo al final siempre acaba en obesidad.
La mejor manera de acabar gordo es ponerse a dieta a destiempo, mal aconsejado y sin tener claro qué quieres cambiar en tu vida”, advirtió la especialista.
¿Cómo debe ser nuestra alimentación? El punto de partida hacia el éxito es cambiar los hábitos de alimentación y adquirir una rutina alimentaria saludable en la que seamos partícipes.
Es decir, el paciente tiene que ser activo, conocer bien los grupos de alimentos y hacer una ingesta calórica adecuada a la cantidad de ejercicio que realiza a lo largo del día.
Seguir este patrón de alimentación es la única posibilidad de prevenir la obesidad y en caso de adelgazar, mantener la pérdida de peso en el tiempo.
Con información de | Efrain Cruz | cuídate plus
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