En España, el cáncer de tiroides se diagnostican entre 4000 y 5000 casos por año aunque la previsión para el 2022 según el último estudio presentado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) es de alrededor de 6000 personas.
Afecta predominantemente a mujeres entre las edades de los 30 y 50 años aunque suele ser más grave en hombres con peor pronóstico.
La supervivencia global a cinco años está en torno al 96,9% siempre pudiendo variar dependiendo de los factores como el estadio local, edad, tipo de cáncer y si existe metástasis.
En la mayoría de los pacientes no se conoce la razón específica del por qué se desarrolla el cáncer aunque el único factor avalado es la exposición a radiación ionizante por contaminación ambiental o irradiación terapéutica.
¿Qué provoca el cáncer de tiroides?
El cáncer de tiroides es un tumor o crecimiento malignizado que se localiza dentro de la glándula tiroides. El tiroides es una glándula en forma de mariposa que se encuentra situada en la base del cuello.
Su principal función es producir, almacenar y liberar en la sangre hormonas tiroideas. Para ello, precisa del Yodo, que debemos aportarlo a través de la dieta.
Estas hormonas son vitales porque intervienen en el desarrollo del sistema nervioso, regulan el metabolismo y son necesarias para controlar las funciones de todos los órganos de nuestro cuerpo (controlar la frecuencia cardiaca, concentración del colesterol, uso de la glucosa, mantenimiento de la temperatura corporal, la fuerza muscular, etc.).
El cáncer de tiroides lo provoca cuando existe una alteración en el ADN de las células produciendo un cambio o mutación en las mismas. Esta alteración puede deberse a un crecimiento celular descontrolado o la pérdida de la habilidad de la célula.
Este descontrol en las células y en exceso, pueden favorecer la formación de una masa o tejido que recibe el nombre de tumos. Existen los tumores benignos y malignos que los podemos clasificar:
- Tumores benignos que no son cáncer y las células no invaden otras partes del cuerpo y que generalmente, pueden extirparse y además, no suelen volver aparecer. Los denominamos adenomas.
- Tumores malignos que sí son cánceres donde las células pueden invadir tejidos cercanos o diseminarse por otras partes del cuerpo. Los denominamos Carcinomas.
Autoexploración del cuello para identificar anomalías. Fuente: iStock
¿Cómo se manifiesta el cáncer de tiroides?
Los síntomas del cáncer de tiroides en su gran mayoría son minoritarios. El principal es un bulto o nódulo que en la mayoría de las ocasiones es asintomático y está posicionado sobre la garganta.
Otros de los síntomas que pueden alertar que tienes un problema de tiroides y que es imprescindible que te dirijas a un endocrino serían:
- Un bulto sobre la tráquea o en alguna zona del cuello.
- Dolor en el cuello, mandíbula u oído.
- Dificultad para tragar o dolor al deglutir.
- Dificultad para respirar en una posición en concreto.
- Ronquera.
- Tos crónica que no se asocia a un resfriado.
- Sensación de presión en la garganta cuando usas corbata, prendas de cuello cerrado.
- Síntomas que indiquen una disfunción de la glándula tiroides.
Estos síntomas pueden derivar simplemente de la existencia del bulto o nódulo en el tiroides. Sin embardo, esto no implica que el nódulo sea maligno. Lo importante es reconocer estos síntomas para acudir a tu endocrino.
El cáncer de tiroides y la cirugía
La intervención quirúrgica es una de las principales opciones dentro de un diagnóstico de carcinoma de tiroides. Además, esta condicionará de forma significativa la evolución del paciente y su pronóstico.
El objetivo de la intervención es eliminar o frenar la enfermedad y evitar la propagación del cáncer a los órganos vecinos y/o a distancia. Siendo una opción potencialmente curativa.
Existen hasta 6 tipo de intervenciones quirúrgicas pero la más habitual es la tiroidectomía total que consiste en la extracción total de la glándula tiroides.
¿Qué riesgo tiene una cirugía en la tiroides?
Los riesgos de la tiroidectomía son los mismos que los de cualquier intervención quirúrgica con anestesia general y podría producirse infección de herida, hematoma, dolor prolongado en la zona operada o alteraciones en la cicatrización de la herida quirúrgica, pero no es frecuente.
Existen otras complicaciones más complejas que pueden ocurrir por daño o extirpación de otros tejidos o estructura del cuello como pueden ser la disfonía y la hipocalcemia.
Te puede Interesar: ¿Por qué me siento enfermo después de comer?
Una de las preguntas más recurrentes es en relación al uso de nuestra voz tras una operación. Existe el nervio recurrente laríngeo que está en contacto con el tiroides. Es fino, con frecuencia ramificado y presenta muchas variaciones anatómicas.
En algunos casos esto puede producir una afonía transitoria o un cambio en la voz que desaparece entre las dos y las diez semanas. La probabilidad de lesión del nervio de manera definitiva es baja.
En estos casos se indicará acudir a tratamiento con logopedia y con frecuencia se recupera porque la cuerda vocal que esté en perfecto estado, termina supliendo las funciones de la que ha quedado dañada, con lo que podrás recuperar la voz. El seguimiento lo debe hacer un Otorrinolaringologo.
Con información de | Muy Interesante
Para obtener información al instante, únete a nuestro grupo de Whatsapp a través de éste https://wa.me/qr/JBQICRYC7TZAN1
Estamos en Telegram, únete a nuestro canal t.me/miaminews24oficial