Una de la etapa más bonita de la vida es traer una nueva vida al mundo, para muchas personas un gato es como un hijo, pero muchas personas se cuestionan si deben deshacerse de sus gatos durante el embarazo.
Una mezcla de sentimientos se cruzan en tu cabeza. Primero, indignación, seguido de incertidumbre y después curiosidad por saber por qué dicen estas cosas.
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Lamentablemente, a día de hoy siguen existiendo personas que creen que convivir con gatos es incompatible durante un embarazo. Lamentablemente, la desinformación sigue siendo algo habitual en determinados círculos, causando mucho daño a muchas familias y sus gatos.
Pero, ¿Realmente es malo tener gatos durante un embarazo?
En otras ocasiones hemos hablado de la importancia de la desparasitación de nuestros gatos, aunque no salgan de casa. Por lo que, por este lado, el problema estaría resuelto.
En lo que se basan realmente estas personas es en la toxoplasmosis, pero para poder decidir si nuestro gato es un riesgo en este sentido, debemos conocer cómo es el ciclo del parásito y sus consecuencias.
Toxoplasma es un coccidio, intracelular obligado, que puede infectar a todas las especies de sangre caliente, incluida las personas. Pero no todas las personas van a reaccionar igual ante la infección.
Una persona sana, con un sistema inmune adecuado, que se infecta por toxoplasma sufrirá un cuadro similar a la gripe. Mientras que una persona con problemas inmunológicos, como puede ser un enfermo de cáncer, recibiendo quimioterapia, con SIDA, leucemia, linfoma o una persona en tratamiento crónico con inmunosupresores, por ejemplo, al tener el sistema inmune debilitado y/o alterado, desarrollará signos y enfermedades más graves.
En el caso de las embarazadas, si no han tenido contacto previo con el parásito, pueden tener problemas en el embarazo, pudiendo causar abortos, alteraciones neurológicas del feto, o malformaciones congénitas graves. Es por este motivo, que como norma general se realizan pruebas serológicas a las embarazadas para confirmar si ha tenido o no contacto previo con Toxoplasma.
Si en estas pruebas se detecta, mediante la cuantificación de anticuerpos, que ha tenido contacto previo con el parásito, dispondrá de anticuerpos para evitar posibles reinfecciones, con lo que protegerá al feto.
¿Cómo se puede infectar un gato de toxoplasma?
Antes de ver cómo se puede infectar un gato, debemos conocer cómo es el ciclo vital de este parásito.
Toxoplasma tiene varias “formas de vida”, es decir, para poder sobrevivir en diferentes ambientes (el exterior, las heces, el interior de cualquier ser vivo de sangre caliente) adopta diferentes formas que tienen diferentes nombres.
A su vez existen dos ciclos vitales del parásito En el hospedador definitivo (el gato) – ciclo enteroepitelial
Cuando un gato ingiere estos ooquistes esporulados (a través de carne cruda infectada de diferentes presas, ya sea en casa o en el exterior), se liberan en el intestino los bradizoítos y volvemos al primer punto.
Ciclo extraintestinal (en otros hospedadores, como las personas e incluso también en el gato).
Cuando un hospedador ingiere ooquistes esporulados se inicia el ciclo dentro del hospedador. En el intestino se liberarán los esporozoítos de los ooquistes que al reproducirse de manera asexual darán lugar a los taquizoítos. Estos taquizoítos serán los encargados de infectar cualquier tejido que por acción del sistema inmune formarán quistes latentes, que se reactivarán en casos de inmunosupresión.
Estos quistes latentes que se encuentran en los tejidos son a su vez infectivos si son ingeridos.
Repasando estos dos ciclos podemos dilucidar cómo se puede infectar un gato. Puede hacerlo comiendo presas que estén infectadas con quistes de toxoplasma, es decir, comiendo carne cruda de estas presas. Bebiendo de aguas estancadas contaminadas con ooquistes esporulados. Y también se pueden contagiar de forma vertical, desde la madre (si era seronegativa) a través de la placenta o la leche.
¿Dónde puede ingerir una mujer embarazada estos ooquistes esporulados?
Como hemos visto es necesario una de estas dos formas para desarrollar la infección
Ingerir ooquistes esporulados que se pueden encontrar en aguas contaminadas, tierra, o ingiriendo directamente heces de gatos que se encuentren más de 24 horas en el ambiente. Recordemos que acariciar al gato no está incluido en este punto
- Ingerir tejidos que contengan quistes infectivos, es decir, comiendo carne cruda o poco cocinada.
- Para evitar este posible contagio, las personas, y sobre todo las embarazadas, deben:
- Lavar bien las verduras.
- Beber agua potable y de origen conocido.
- Cocinar bien la carne y de no ser así congelar durante un mínimo de 2 días a -20º
- Utilizar guantes en labores de jardinería. Si no se emplean guantes, se deben lavar bien y desinfectar las manos, y sobre todo evitar chuparse las manos (por ejemplo, mordiéndose las uñas) antes de esta limpieza.
Mantener una higiene diaria del arenero, retirando las heces con una paleta y usando guantes. Recordemos que para que las heces de gato sean infectivas deben de estar en el ambiente más de 24 horas y ser ingeridas (al chuparse las manos o morderse las uñas, por ejemplo). Para desinfectar la bandeja del arenero se puede realizar con agua en vapor o agua hirviendo y desinfectante habitual.
Así que, conociendo lo que se puede y no se puede hacer, y sus posibles implicaciones, podemos seguir conviviendo con nuestros queridos gatos durante el embarazo.
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