Sindrome de Prader Willi una enfermedad en la que no se puede dejar de comer

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La ingesta de alimentos como una forma destructiva de compulsión, lo que hace llamar el sindrome de Prader Wili; el caso de un adolescente que se devoró una treintena de latas de comida para gato y acabó en el hospital.

Y a otro le ocurrió lo mismo luego  de comerse 15 mini pizzas congeladas. Asi mismo es muy natural que puedan ingerirse  un tubo entero de pasta de dientes como si fuera leche condensada. Fertilizante. Gomas de borrar. Perrarina. Lo que sea. Así lo reseñó El Mundo.

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Y, cuando todos los niños del recreo se ponen a jugar, ellos siguen rebuscando en las papeleras.

Comer como una obsesión inagotable; la enfermedad del que no puede parar de pensar en ello. Haciendo todo lo que sea necesario para conseguirlo.

Las personas que tienen síndrome de Prader Willi pueden llegar a recordarte a un escapista cuando se trata de comer.

Y ello a pesar de todas las medidas de seguridad que convierten la casa del enfermo en un centro de máxima seguridad. Un candado en la nevera. La precaución de no dejarlos solos. El dinero escondido. Los platos más pequeños para reducir la ración. La dieta severa. Una alarma en el pasillo que va a la cocina.

Por todo lo dicho entenderán que esta no es una historia normal.

No es normal el comienzo de sus vidas.

No suele ser normal el final: en el último año, dos de estos enfermos fallecieron en residencias comunes para personas con discapacidad.

Uno se atragantó de madrugada con un pedazo de pan que se llevó a la habitación y la otra se asfixió con un atracón de polvorones.

“Para alguien con este síndrome, el mundo entero es un caos. Imagina tener hambre todo el día a todas horas, siempre, comas lo que comas, ese estrés. Que eres incapaz de vomitar. Que tienes un retraso mental. Que tienes ataques de rabia porque manejas muy mal la frustración. Imagina que tienes el umbral del dolor altísimo y por eso (te hablo de casos reales) puedes tener quemaduras de cuarto grado y no sentir nada cuando te hacen las curas. No sé si te lo imaginas”.

La pregunta es de Aurora Rustarazo, que es psicóloga de la Asociación Española Síndrome de Prader Willi y que a comienzos de 2022 verá cumplido su sueño residencial, que no sólo es el sueño de su hermana o de su sobrina enferma (Libertad), sino también el de 3.000 familias que han roto con el mundo para que el mundo no les rompa a los hijos.

Redacción de Miami news24 Con informacioón de La Patilla | foto cortesía

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