Un reciente estudio puso la atención sobre la posibilidad de vida en el planeta Venus tras descubrirse sobre su superficie gas de fosfano. Un gas que solo se produce mediante la actividad de microorganismos, lo que sugiere la posibilidad de “vida” en el planeta.
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Si bien es cierto, el gas de fosfina es un componente tóxico altamente reactivo, inflamable y extremadamente maloliente, incluso para la tierra. No obstante está presente en pequeñas cantidades en el estiércol de pingüino y en las entrañas de tejones y peces, pero es rápidamente destruida por el proceso de oxidación.
Según anteriores estudios sobre este componente, el que se encuentre presente en la tierra se debe a que es producida constantemente por microbios.
Por lo tanto, se propone que la fosfina en la atmósfera de un planeta rocoso sea una señal sólida para la vida.
¿Es posible que exista vida en Venus?
A partir de aquí, los investigadores, dirigidos por Jane Greaves, de la Universidad de Cardiff, plantearon dos hipótesis: o bien el origen del gas se encuentra en otros procesos químicos desconocidos hasta la fecha o bien la cantidad de fosfano hallada se debe a la acción de microorganismos, es decir, hay vida en Venus. Y sin lugar a duda, la segunda opción resulta la más curiosa.
Pero, ¿qué pasa con el fosfano? ¿Por qué se relaciona con la posible presencia de vida? El descubrimiento de su abundancia en Venus ya es una hazaña en sí, pues se ha hallado en una atmósfera donde resulta más difícil que se mantenga, explica Jorge Pla García, investigador en Ciencias Planetarias en el Centro de Astrobiología CSIC-INTA.
Se cree que la temperatura de su superficie, de alrededor de 450 °C, es hostil incluso para los microorganismos más resistentes.
Además su atmósfera es densa, sulfurosa y ácida, lo que ha mantenido la superficie casi completamente libre de naves de estudio y exploración.
Redacción de MiamiNews24 con información de BBC/ACN