Docenas de grupos de policía de París marcharon el viernes por la avenida más famosa de la capital francesa para protestar por las reformas anunciadas esta semana por el ministro del Interior del país. Fue una rara muestra de desafío por parte de los agentes de la ley en medio de un debate internacional sobre el racismo en la policía y la justicia.
Ignorando las medidas de coronavirus que prohíben las reuniones de más de 10 personas, los miembros del sindicato de policía encabezaron la marcha a pie y en vehículos a lo largo de los Campos Elíseos, tocando bocinas y llevando pancartas con lemas que incluyen: «sin la policía, no hay paz».
Marcharon al Ministerio del Interior, donde observaron un minuto de silencio antes de hacer un llamado para que se descartaran las reformas planificadas. Esas reformas incluyen sobre todo la prohibición de que la policía use estrangulamientos para someter a los sospechosos en el terreno.
En otras manifestaciones en todo el país el jueves y viernes, grupos de policías colocaron sus esposas en el suelo frente a los ayuntamientos y se quedaron en silencio para protestar por las reformas. Muchos pidieron al ministro del Interior, Christophe Castaner, que renuncie.
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Castaner anunció las amplias reformas policiales el lunes después de una semana de protestas en Francia contra la violencia policial. Las manifestaciones fueron provocadas por la indignación por la muerte de George Floyd a manos de la policía en Minneapolis, pero se ampliaron para incluir demandas de acción tras la muerte de varias personas bajo custodia policial francesa.
Castaner también prometió «tolerancia cero» al racismo en las fuerzas policiales francesas, y dijo que cualquier oficial que enfrente una acusación creíble de racismo sería suspendido temporalmente. Dijo que la división de asuntos internos de la policía nacional sería revisada para garantizar un mejor seguimiento de las quejas de los miembros del público.
Muchos de los policías en la manifestación de París dijeron que se sintieron «abandonados» por el ministro y enojados por lo que ven como medidas demasiado restrictivas. Pidieron que se eliminara la amenaza de suspensión por sospecha de racismo, y dijeron que su trabajo se volvería inseguro sin el uso del controvertido estrangulamiento.
«Las palabras de Castaner fueron la gota que colmó el vaso», dijo Fabien Vanhemelryck, secretario general del sindicato de la Policía de la Alianza.
«Mis colegas son profesionales, pero no pueden aguantar más», dijo, recordando 18 meses de enfrentamientos violentos con manifestantes de Yellow Vest a fines de 2018 y 2019. Dijo que los agentes de policía necesitaban apoyo, no censura.
«El gobierno tiene que darnos los medios para hacer nuestro trabajo», agregó.
La ministra de Justicia, Nicole Belloubet, dijo el viernes que tiene «total confianza en la policía» y reafirmó que el racismo es totalmente incompatible con los ideales de la república francesa.
Redacción MiamiNews24 con información de CBS