Las máscaras faciales y el distanciamiento social funcionan, pero no son infalibles, según un estudio.
El informe analizó datos sobre medidas de prevención COVID-19 de 172 estudios en 16 países.
El informe sugiere que usar una máscara reduce significativamente las posibilidades de atrapar COVID-19.
El distanciamiento social puede limitar la posibilidad de contraer coronavirus por debajo del 3%, según el estudio más completo hasta ahora.
Mantener un metro de distancia reduce el riesgo de transmisión al 2.6%, mientras que una brecha de dos metros disminuye la posibilidad de infección en un 50% adicional.
El informe internacional, publicado en The Lancet, analizó datos de 172 estudios en 16 países.
Descubrió que al usar una máscara facial solo hay un 3% de posibilidades de atrapar Covid-19.
La protección ocular reduce el riesgo al 5,5%.
Aunque parte de la evidencia se considera de «baja certeza», el estudio proporciona la imagen más clara hasta ahora de que las medidas de distanciamiento social y las cubiertas de la cara serán clave para frenar la propagación del virus y permitir que las restricciones de bloqueo se alivien de manera segura.
Sin embargo, el informe advierte que incluso la combinación y el uso adecuado de máscaras faciales, gafas y distanciamiento social no proporcionan una protección completa.
El COVID-19 no debe tomarse como juego a nivel mundial.
Los autores sugieren que los trabajadores de la salud deben usar respiradores en lugar de máscaras quirúrgicas para «mayor protección”.
Los gobiernos de todo el mundo han adoptado diferentes enfoques para las medidas de seguridad, incluido el distanciamiento social y el uso obligatorio de máscaras faciales, en parte debido a opiniones científicas contradictorias.
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El objetivo del informe, que combina estudios de todo el mundo y analiza toda la evidencia disponible, es ayudar a determinar qué medidas podrían reducir la transmisión.
Sin embargo, el informe también dice que un aumento en la demanda de máscaras faciales podría «desviar los suministros de los trabajadores de la salud y otros cuidadores con mayor riesgo de infección» y que los gobiernos deben «abordar rápidamente los problemas de acceso para las máscaras faciales para asegurarse de que estén igualmente disponible para todos».