En un escenario sacado directamente de «The Twilight Zone», un grupo de científicos de la NASA que trabajan en un experimento en la Antártida han detectado evidencia de un universo paralelo, donde las reglas de la física son lo opuesto al nuestro, según un informe.
El concepto de un universo paralelo ha existido desde principios de la década de 1960, principalmente en la mente de los fanáticos de los programas de televisión y los cómics de ciencia ficción, pero ahora un experimento de detección de rayos cósmicos ha encontrado partículas que podrían provenir de un reino paralelo que también nació en el Big Bang.
Los expertos utilizaron un globo gigante para transportar la Antena Transitoria Impulsiva Antártica de la NASA, o ANITA, muy por encima de la Antártida, donde el aire frío y seco proporcionaba el entorno perfecto con poco o ningún ruido de radio para distorsionar sus hallazgos.
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Un constante «viento» de partículas de alta energía llega constantemente a la Tierra desde el espacio exterior.
Los neutrinos subatómicos de baja energía con una masa cercana a cero pueden pasar completamente a través de la Tierra, pero los objetos de mayor energía son detenidos por la materia sólida de nuestro planeta, según el informe.
Eso significa que las partículas de alta energía solo se pueden detectar bajando «desde el espacio», pero ANITA del equipo detectó partículas más pesadas, los llamados neutrinos tau, que «salen» de la Tierra.
NASA: ¿Qué significa todo esto?
El hallazgo implica que estas partículas realmente están viajando hacia atrás en el tiempo, lo que sugiere evidencia de un universo paralelo.
El investigador principal de ANITA, Peter Gorham, físico experimental de partículas en la Universidad de Hawái, sugirió que la única forma en que el tau neutrino podría comportarse de esa manera es si se transforma en un tipo diferente de partículas antes de pasar a través de la Tierra y luego nuevamente.
Gorham, autor principal de un artículo de la Universidad de Cornell que describe el extraño fenómeno, señaló que él y sus colegas investigadores habían visto varios de estos «eventos imposibles», sobre los cuales algunos se mostraron escépticos.
La explicación más simple para el fenómeno es que en el momento del Big Bang, hace 13.800 millones de años, se formaron dos universos, el nuestro y el que, desde nuestra perspectiva, funciona a la inversa y el tiempo retrocede.
Por supuesto, si hay habitantes de un posible universo paralelo, nos considerarían los atrasados.