En ningún otro lugar de Estados Unidos la pandemia de coronavirus es peor que en la ciudad de Nueva York. Mueren tantas personas en los hospitales que tienen que ser recogidas con camiones de refrigeración. Un grupo de la población se ve particularmente afectado: los latinos. Estos constituyen el 34% de los muertos, más que cualquier otra población en Nueva York.
«Hay claras desigualdades y claros desequilibrios en cómo esta enfermedad afecta a la gente de nuestra ciudad», comentó el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, en CNN esta semana. Esto no aplica solo a Nueva York. En todo el país, las cifras de víctimas están aumentando rápidamente entre minorías como los afroamericanos, los latinos y los indígenas.
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Empleos de latinos tienen más probabilidades de verse afectados por la crisis
Los latinos están más preocupados por la crisis de coronavirus que la población estadounidense promedio. En una encuesta realizada por el renombrado Centro de Investigación Pew, alrededor de dos tercios (65%) de los latinos encuestados dijeron que el virus representa una gran amenaza para la salud de todas las personas en Estados Unidos. Con un 47%, menos de la mitad de la población total de Estados Unidos sintió lo mismo. La encuesta se realizó entre el 10 y el 16 de marzo, relativamente al comienzo de la crisis.
Además, la mitad de los latinos vio su situación financiera en riesgo por el virus, en comparación con el 34% de la población total.
Una razón para esto podría ser la distribución del trabajo en diferentes grupos poblacionales. Una lista del grupo de expertos Diálogo Interamericano muestra que, por ejemplo, alrededor del 12% de los inmigrantes de América Central en Estados Unidos trabajan en los sectores de instalaciones y reparaciones. Otro casi 10% como camareros o en el área de preparación de alimentos, por ejemplo, en cocinas de restaurantes.
Los dos grupos juntos suman casi una cuarta parte de los inmigrantes de América Central que trabajan en empleos que ahora están siendo recortados en la crisis. En otra encuesta de Pew realizada a fines de marzo, casi la mitad de todos los latinos dijeron que alguien en su familia había perdido el trabajo o tenía que aceptar un recorte en sus salarios por la crisis. En cambio, un tercio de toda la población estadounidense había experimentado lo mismo.
«En primera fila cuando el coronavirus atacó»
En sus empleos en restaurantes o como personal de limpieza, los latinos tienen más probabilidades de contraer el coronavirus. «Los latinos trabajan en empleos en los que están más expuestos al virus» que los trabajadores de oficina que pueden laborar desde casa, apunta a DW el doctor Manuel Orozco, experto en inmigración de Diálogo Interamericano. «Ellos estaban primera fila cuando el coronavirus atacó», declara.
Las minorías como los latinos y los afroamericanos también tienen en promedio más afecciones preexistentes, como asma o diabetes, que la población estadounidense en general. Debido a esto, es más probable que la COVID-19 sea grave. «Tenemos preocupantes desigualdades en cuanto a salud en Estados Unidos», indica por su parte el doctor Ashwin Vasan a DW. Vasan es profesor de Medicina en la Universidad de Columbia y médico en el Hospital Presbiteriano de Nueva York.
«El virus está exacerbando estas desigualdades que han existido durante siglos», advierte Vasan. La tasa de mortalidad por el virus es dos veces mayor en los latinos y afroamericanos que en los estadounidenses blancos, detalla.
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Muchos latinos no tienen seguro de salud
Vasan señala otro problema: los latinos constituyen la mayor parte del grupo de ciudadanos sin seguro médico. Muchos de los inmigrantes de América Central que no tienen seguro de salud no tienen un permiso de residencia en Estados Unidos. No van al médico porque temen que alguien les pida sus papeles. Las deportaciones no están suspendidas durante crisis de coronavirus.
«Si los inmigrantes no van al médico porque tienen que preocuparse por su estatus migratorio, es un riesgo para la salud de todos nosotros», dice Vasan. Después de todo, la pandemia no podría controlarse en el país si el virus continúa causando estragos en los vecindarios donde viven los inmigrantes.
Orozco quiere «más compasión» para este grupo. Ya hay clínicas en California que ofrecen ayuda a personas indocumentadas. Todo el país debería seguir el ejemplo, manifiesta el especialista. Vasan, por su parte, sostiene que debe haber expertos especializados en coronavirus que hablen el idioma de los inmigrantes y entiendan su cultura y que luego podrían ser enviados a realizar pruebas a escala nacional y a establecer centros de aislamiento en comunidades de inmigrantes.
«No podemos simplemente tener una única solución para tantas comunidades diferentes y diversas. Tenemos que generar confianza», expresa Vasan, «nuestra estrategia contra el coronavirus será evaluada por cómo ayudamos a los más débiles en nuestra sociedad».
«Ninguno de nosotros está a salvo, a menos que todos estemos a salvo», sentencia.
Fuente:DW