La cifra de fallecidos por coronavirus superó los 64.000 en un mundo a la búsqueda de mascarillas para frenar el contagio, y el presidente Donald Trump advirtió que Estados Unidos, ya muy fuertemente golpeado por la pandemia, entraba en un periodo “horroroso”.
Mientras los casos confirmados de covid-19 en Estados Unidos superaron los 300.000, España e Italia, los dos países con peores registros de contagio y mortalidad en toda Europa, recibían buenas noticias.
Hay más de 1,2 millones de casos confirmados de coronavirus en el mundo y 64.795 personas han fallecido desde que el virus fue encontrado en China a finales de 2019, según el conteo de AFP . Más de 46.000 de las muertes se han producido en Europa.
La pandemia ahora afecta a casi 190 países y territorios, y la mitad de la humanidad está confinada, escuelas y negocios cerrados, con gran costo para la economía mundial.
En la Casa Blanca, Trump dijo que Estados Unidos está entrando en un “periodo que será muy horroroso”.
“Esta probablemente será la semana más dura”, afirmó. “Habrá muchos muertos”.
En Italia y España, con sistemas sanitarios en situación crítica, se observa una caída de la llegada de nuevos enfermos a los hospitales.
El presidente de gobierno español, Pedro Sánchez, anunció que el estricto confinamiento, que ya lleva en vigor tres semanas, se mantendrá hasta el 25 de abril. Dentro de una semana los millones de empleados que no están en sectores vitales podrán volver al trabajo, con condiciones.
“Estas tres semanas de aislamiento colectivo están rindiendo sus frutos”, afirmó Sánchez.
España reportó poco más de 800 muertos en 24 horas este sábado, su mejor registro de la semana. Hasta ahora, más de 11.700 personas han perdido la vida a causa de la COVID-19.
En Italia (15.362 muertos) las autoridades informaron de avances similares, en particular en la región de Lombardía, la más afectada, donde hasta el crematorio de Milán tuvo que anunciar su cierre durante un mes para poder incinerar todos los cuerpos en espera.
Los muertos en las últimas 24 horas en Italia fueron 681, un descenso de más del 10%. Los pacientes en cuidados intensivos bajaron a menos de 4.000, por primera vez desde el inicio de la crisis.
Irán anunció también un descenso del contagio por cuarto día consecutivo, tras quince días de paro forzoso de la actividad.
Reino Unido, con 708 decesos en las últimas 24 horas, incluido un niño de cinco años, se encuentra en cambio en pleno tsunami.
Las autoridades británicas han reportado dos días de récords consecutivos en el número de fallecimientos, que ya superan los 4.300.
La reina Isabel II exhortará el domingo a afrontar la crisis con fuerza, autodisciplina y compañerismo, en un inusual discurso dirigido al Reino Unido y a las naciones de la Commonwealth.
El estado de Nueva York, epicentro de la crisis en Estados Unidos, tuvo su peor jornada: 630 muertos en un día. Turquía superó los 500 muertos, y ya no permite salir a los menores de 20 años, para limitar el contagio.
Más allá de los hospitales, los dramas humanos se gestan también en los geriátricos y otras instalaciones sanitarias. De los 7.560 fallecidos en Francia por el virus, 2.028 corresponden a esos centros no hospitalarios.
– Las mascarillas a debate –
Luego de que se informara inicialmente de que solo el personal sanitario debía cubrir sus bocas, Alemania, Francia, Estados Unidos y otros países recomendaron recientemente el uso de mascarillas como parte del abanico de medidas para luchar contra el contagio, junto a la distancia social y la higiene constante de manos.
Francia ya ha encargado casi 2.000 millones de mascarillas a China.
“Se produjo una verdadera inflexión en Estados Unidos y la OMS está revisando sus recomendaciones”, declara a la AFP el profesor KK Cheng, especialista de salud pública en la Universidad de Birmingham (Reino Unido), favorable al uso generalizado de la mascarilla.
Un alto responsable sanitario británico, Jonathan Van-Tam señaló sin embargo que «no hay evidencia de que llevar una mascarilla si uno está bien pueda afectar a la propagación de la enfermedad. Lo que importa es la distancia» entre personas.
Pero sea en el caso de las mascarillas, los ventiladores o los muchos otros equipos médicos o fármacos, los países están inmersos en una carrera contrarreloj.
© Proporcionado por Infobae Un maniquí exhibe una mascarilla en una tienda del condado de Brooklyn en la Ciudad de Nueva York, EEUU. (Stephen Yang/)
En Brasil faltan tests diagnósticos, camas de terapia intensiva y personal calificado, alertó el ministerio de Salud en un informe, advirtiendo que se avecina la “fase más aguda” de la pandemia.
La competencia es despiadada en un mundo donde las fronteras han vuelto a erigirse con suma rapidez. Y los países pobres solo pueden asistir con impotencia a esa feroz pelea.
– Medidas radicales –
Etiopía solo cuenta con 29 casos de coronavirus hasta ahora. Pero en sus hospitales apenas tiene 450 ventiladores, para una población de más de 100 millones de habitantes.
En países como Italia «les faltan ventiladores artificiales y tienen que decidir a quién dar prioridad. Si esto sigue así, si la gente no se toma esto en serio, nosotros también nos veremos en la misma situación, probablemente», declaró la doctora Tihitina Negesse.
Otros apuestan por vías mucho más radicales.
La República Democrática del Congo, que sufrió la devastación del ébola durante años, está dispuesta a acoger los ensayos de una futura vacuna contra la COVID-19.
El impacto social y económico de esta nueva pandemia sigue brotando por todas partes. El banco central de Guatemala informó que las remesas que envían los emigrantes de Estados Unidos han empezado a resentirse.
Una refinería ecuatoriana suspendió sus operaciones durante 14 días.
Mientras tanto, el personal sanitario sobre el terreno se organiza.
“Al principio nos daban cuatro guantes (para colocarlos superpuestos), ahora dicen que con dos es suficiente, pero yo me pongo tres”, explica una enfermera en el hospital de campaña creado en un pabellón de congresos a las afueras de Madrid.
Fuente: Infobae