Proveedores españoles dan de comer gratis a los «héroes» de la salud

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Hugo Rodríguez regenta un negocio de pizzas en Madrid, pero ha cerrado la mayoría de sus tiendas, y ha preparado la única que sigue abierta para alimentar a los médicos y enfermeras que trabajan día y noche para mantener la crisis del coronavirus en España bajo control.

El Gobierno español decretó el confinamiento parcial de la población el pasado 14 de marzo y la cadena Grosso Napoletano, de la que Rodríguez es confundador, comenzó a repartir comida a los hospitales unos días después. En una iniciativa junto con otros colegas bajo el nombre Food4Heroes (comida para héroes) y se ha extendido por otras ciudades importantes del país.

“Una vez fui al hospital Gregorio Marañón y bajó un médico”, recuerda el emprendedor. “Me miró, llorando. No se nos va a olvidar a ninguno de los dos, fue como abrazarnos”.

“Para mi ha significado mucho. Tenemos una gran responsabilidad como empresarios”, añadió.

Los médicos españoles están en la primera línea de fuego de la pandemia. El virus ha matado a más de 9.000 personas en el país; tan solo Italia lo supera en número de muertos, y los casos confirmados han superado la barrera de los 100.000.

Las alrededor de 40 pizzas que Rodríguez hace ahora gratis para el personal sanitario son repartidas diariamente por mensajeros voluntarios, entre los que se incluye José María Carrero Castaño.

“No estoy haciendo mucho en comparación (con los profesionales de salud)”, dijo este hombre de 30 años, que ha pasado de entregar paquetes a repartir comida a hospitales a tiempo completo. “Tratamos de levantarles un poco el ánimo, hacerles sentir apoyados”.

Con los bares y restaurantes de España cerrados a los clientes por las medidas de confinamiento, Food4Heroes ha conseguido el apoyo de marcas como Aloha Poke, Papa John’s, Coca-Cola y Danone, y ahora también opera en Barcelona, Bilbao, Valencia y Málaga.

En Madrid, los restaurantes, cafeterías, empresas de catering y mensajeros participantes se dividen en cinco grupos, y el servicio público de Correos -para el que trabaja Carrero Castaño- proporciona furgonetas y combustible.

Las entregas son sin contacto y las empresas suministran mascarillas, guantes y desinfectante a los voluntarios.

El chef de Grosso Napoletano, Flavio Russo, se mudó a España hace dos años desde Nápoles. Su familia allí está preocupada por la situación en Madrid, que ha sido duramente golpeada por la epidemia.

“Mi madre preferiría que volviera”, dijo Russo, que se queda donde está, trabajando siete días a la semana y haciendo más horas de lo habitual para atender la demanda.

“Cada uno aporta lo que puede; los pizzaiolis eligen lo que ponen a las pizzas al momento de elaborarlas”, dijo Rodríguez. “La gente ha preguntado incluso si pueden donar postres caseros”.

“Es una sensación muy bonita porque todo el mundo se olvida de quien es (…) y colabora para salir (de esto) y volver a la normalidad”, afirmó

Fuente: Reuters