COVID-19: Barry University graduará temprano a estudiantes de medicina

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Con los casos confirmados de COVID-19 multiplicándose cada día y la necesidad de personal médico creciendo de manera exponencial a nivel nacional, Barry University decidió permitir que 17 de sus estudiantes se gradúen temprano y se unan a la lucha contra el nuevo coronavirus varias semanas antes de lo previsto.

La universidad católica privada, ubicada en Miami Shores, sumó su nombre a la lista de instituciones de educación superior como la Universidad de Nueva York y Columbia que anunciaron esta semana medidas similares para ayudar a los profesionales de la salud a atender a los pacientes en medio de la pandemia.

“En mis 35 años como enfermero, enfermero anestesista y administrador, nunca he sido testigo de algo así”, dijo el Dr. John McFadden, decano de la Facultad de Ciencias de la Enfermería y la Salud de Barry. “Estoy realmente orgulloso de mis colegas de atención médica, pero también estoy muy preocupado de que no tengamos suficientes recursos para gestionar esto”.

Toda la clase sénior, los que están por graduarse del Programa de Perfusión Cardiovascular de Barry University, programa del cual solo hay unos 12 en el país y este es el único en Florida, ahora se graduará el 11 de abril, en lugar del 9 de mayo.

Los perfusionistas operan principalmente la máquina de derivación cardiopulmonar, conocida como máquina corazón-pulmón, durante las cirugías cardíacas. Pero también pueden ser cruciales fuera del quirófano, al hacer funcionar la máquina para personas que pueden tener insuficiencia cardíaca y están esperando trasplantes, y bebés prematuros que necesitan atención especial.

En cuanto a la crisis de COVID-19, que se manifiesta con síntomas como tos y dificultad para respirar, los perfusionistas pueden ayudar a los pacientes que ya no pueden respirar por sí mismos. Con la máquina, pueden extraer la sangre de la persona, oxigenarla e introducirla de nuevo, permitiendo que los corazones de los pacientes descansen por un tiempo y mejoren su bienestar general.

No todos los pacientes con COVID-19 presentan síntomas graves que requerirían hospitalización, y no todos los pacientes con síntomas graves requieren las máquinas operadas por los perfusionistas.

Sin embargo, Estados Unidos tiene alrededor de 103,000 pacientes y solo unos 4,000 perfusionistas, según un informe de 2019 de la Junta Estadounidense de Perfusión Cardiovascular. Florida ha reportado alrededor de 3,200 casos hasta ahora, y tiene 300 perfusionistas. Por lo tanto, no es una sorpresa que Barry haya recibido llamadas de sus socios clínicos pidiendo ayuda, dijo McFadden.

Los estudiantes de medicina de Barry, que completaron cuatro años de educación universitaria antes de postularse para el programa de perfusión, ya terminaron un año de estudio de teoría y otro año de rotaciones clínicas.

Han estado trabajando en hospitales locales como el Jackson Memorial Hospital en Miami, el Memorial Regional Hospital en Hollywood y el Mount Sinai Medical Center en Miami Beach, así como en otros en todo Estados Unidos, incluido el Loma Linda University Medical Center en California y Baylor Scott & White Hospital del Corazón y Vascular en Texas.

“Nos hemos asegurado de que cumplieron o excedieron los requisitos”, dijo McFadden. “Están más que listos, dispuestos y capaces”.

ANTICIPANDO UNA NECESIDAD

McFadden dijo que comenzó a ponderar la posiblidad de graduar a estudiantes antes de tiempo a mediados de febrero cuando los casos de la enfermedad respiratoria aumentaron en China e Italia. Desde entonces se ha reunido casi cada noche con colegas que son administradores de universidades en Florida y otros expertos para compartir información y discutir cómo pueden abordar mejor la crisis.

Otras universidades en Florida también están teniendo conversaciones y considerando acelerar las graduaciones para otros programas, pero tienen varios obstáculos que superar primero, dijo McFadden, incluidos recibir el visto bueno por parte de los organismos de acreditación correspondientes y el Departamento de Educación del estado. Hasta donde él sabe, dijo McFadden, cree que Barry es la primera universidad en lograrlo.

La urgencia de hacerlo se intensificó la semana pasada, cuando los hospitales en Estados Unidos enviaron a los estudiantes a sus hogares, ya que el número de pacientes aumentó y se dieron cuenta de que tenían una cantidad limitada de equipos de protección. A los perfusionistas de Barry se les dijo que debían esperar hasta que se graduaran para regresar.

Uno de esos estudiantes, Andy Kemp, de 45 años, dijo que fue frustrante tener que tomar un descanso.

Ha estado trabajando en Naples Community Hospital, que se encuentra en el Condado Collier, un área del suroeste de Florida que ha registrado alrededor de 80 casos de COVID-19, según el Departamento de Salud de Florida, y está esperando para poder ayudar a los otros tres perfusionistas de su hospital.

“Tengo miedo, pero la industria me necesita”, dijo, “no me gusta quedarme en la banca. Me gusta estar en el campo y contribuir, incluso si eso significa tomar algún riesgo“.

Fuente: elnuevoherald.com