Presidente Trump insiste en que “hay que salir a trabajar”

491

Mientras el presidente Donald Trump se dirigía a la nación ayer por la tarde para rendir cuentas sobre el manejo de la pandemia de coronavirus e insistía en que los estadounidenses regresen a sus actividades normales pronto, la Universidad John Hopkins notificaba que el país acababa de convertirse en el más infectado del mundo, con 82,000 casos confirmados.

A pesar de que expertos y gobernadores estatales han advertido del grave error que se cometería si el país rompe con las medidas para evitar la propagación del virus en un momento en que los casos solo van en aumento, Trump volvió a restarle importancia a una crisis de salud que ya deja cerca de 1,200 muertos y sigue hundiendo la economía nacional y doméstica.

“Hablaremos de fechas con muchos profesionales, pero este es un país que se forjó en el trabajo. La gente no quiere estar ociosa”, insistió. “Esto tiene que ocurrir pronto”. Yendo en contra de las cifras que muestran lo opuesto, el mandatario también dijo que “están ocurriendo cosas positivas” y que, en su opinión, la tasa de mortalidad está descendiendo. “El porcentaje de personas que han fallecido es mucho más bajo de lo que se anticipaba”, agregó.

Este jueves Trump no fue el único en tratar de minimizar la crisis. Deborah Birx, coordinadora de la respuesta de la Casa Blanca ante el virus, insinuó que la cobertura de los medios de comunicación sobre la escasez de respiradores para pacientes críticos y la falta de camas en los hospitales de algunos estados ha sido “excesiva”, incluso mientras los profesionales médicos continúan diciendo que la escasez está matando a colegas y pacientes.

“En Estados Unidos no se han dado situaciones de elegir no reanimar pacientes”, dijo en una aparente referencia a los reportes de que en Italia se ha recurrido a priorizar qué enfermos viven y cuáles no, por la escasez de respiradores. “No hay evidencia de que si necesitan un hospital no habrá capacidad. Tampoco hay una realidad observable en el terreno de que el 70% de la población se vaya a contagiar en las próximas semanas”.

Una encuesta de NBC News a cerca de 250 médicos y enfermeras esta semana puso de manifiesto cómo el sistema de salud de Estados Unidos no está preparado para la pandemia y muchos de ellos reciben instrucciones contrarias a los Centros para el Control de Enfermedades de reutilizar mascarillas e instrumentos una y otra vez, pues no son suficientes.

En Nueva York —el epicentro de los contagios en el país— el gobernador Andrew Cuomo dijo que este jueves la cantidad de pacientes hospitalizados subió un 40% en solo un día, con 5,327 personas een cama, 1,290 de ellas bajo cuidados intensivos. Allí algunos médicos no solo han tenido que reutilizar material estéril, sino también atender a los enfermos ataviados en bolsas de basura, a falta de suficientes batas. Para responder a la emergencia, este lunes llegará un buque “hospital” de la Marina al puerto de Manhattan, lo que se espera genere un alivio para el sistema de salud de la ciudad.

El miércoles, Trump también aseguró que el país estaba “ganando la guerra” contra el virus, mientras tres estados pedían a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) la construcción rápida de morgues o la ampliación de las existentes, para responder al aumento de las muertes.

FEMA confirmó que el estado de Nueva York ha pedido al gobierno federal que construya morgues de emergencia, a raíz del aumento de casos a casi 37,300. Otros estados como Carolina del Norte y Hawai presentaron solicitudes para ampliar el espacio en sus morgues. Según la agencia, estas peticiones están siendo revisadas para su aprobación.

La desconexión entre el discurso triunfalista y de propaganda de Trump y lo que dice el equipo de expertos en salud designado para la respuesta al virus es invariable y envía señales desconcertantes al público. El martes, el mandatario propuso por primera vez una “reapertura” del país para el próximo 12 de abril, cuando dijo que sería “hermoso” ver las “iglesias repletas” y celebrando el domingo de Pascua.

El director del Instituto Nacional para Alergias y Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci, dijo inmediatamente después que «probablemente pasarían varias semanas o tal vez más” antes de saber si las medidas que se han tomado en todo el país han logrado contener los contagios. El experto, quien enfatizó la necesidad de ser “flexible» en la línea de tiempo a la que Trump se refirió, también advirtió que el país debe estar preparado para que el coronavirus se convierta en una afección estacional como la influenza, que regresa por ciclos.

Contrario a los planes de Trump, Fauci ha dicho que es una posibilidad que el país alcance su máximo número de casos hacia inicios de mayo, por lo que una reanudación de las actividades normales podría tener consecuencias desastrosas.

La propia Birx admitió que varios condados de Michigan y el área de Chicago han despertado preocupación, por un aceleramiento en el aumento de casos y dijo que los implementos médicos de primera necesidad se están distribuyendo a los hospitales teniendo en cuenta aquellos que lo necesitan más, pues no son suficientes. También reconoció el faltante de pruebas para confirmar casos.

“El 86% de la gente que se ha hecho la prueba ha dado negativo”, dijo para disuadir a las personas que no tengan síntomas de que gasten estos recursos.

Fauci volvió a decir que no habrá una vacuna lista “ni en un mes ni dos”, sino que el gobierno sigue trabajando con empresas privadas en las fases iniciales de prueba de varias vacunas, simultáneamente.

Mientras tanto, el vicepresidente Mike Pence comentó que el gobierno trabaja con la Administración de Alimentos y Medicamentos para aprobar una prueba rápida que arroje resultados “en no más de 15 minutos”. En la actualidad, las pruebas son enviadas a laboratorios estatales y privados, que pueden demorar desde uno hasta varios días para dar resultados.

La pandemia de coronavirus ha hundido los mercados financieros y ha causado estragos en la economía individual. Hasta la semana pasada, 3,283,000 personas habían solicitado subsidio por desempleo, mientras las empresas y negocios se han visto obligadas cerrar para cumplir con las órdenes estatales y federales.

Este viernes el Congreso someterá a votación final un paquete multimillonario de ayuda a familias y negocios, que Trump dijo durante la conferencia de prensa que estaba confiado en que pasaría sin problemas. El miércoles el Senado había aprobado un paquete de estímulo económico estimado en 2,2 billones de dólares, el mayor de la historia moderna del país, con el objetivo de contrarrestar los efectos del virus.

Fuente: telemundo.com