Colorado se convirtió en el vigésimo segundo estado de Estados Unidos en abolir la pena de muerte.
El gobernador Jared Polis promulgó el lunes la ley que rechaza la pena capital y conmutó a cadena perpetua las sentencias de tres hombres que esperaban en el corredor de la muerte.
Polis dijo que la conmutación de las penas «de estos individuos despreciables y culpables son consistentes con la abolición de la pena de muerte en el estado de Colorado, y consistentes con el reconocimiento de que la pena capital no puede ser, y nunca ha sido, administrada en forma equitativa en el estado de Colorado».
Colorado solo realizó una ejecución desde que la pena de muerte fue reinstaurada en Estados Unidos por la Suprema Corte en 1976, según en Centro de Información de la Pena de Muerte.
Fue el caso de Gary Lee Davis, ejecutado 1997 con inyección letal por la violación y asesinato de una vecina en 1986.
Los legisladores de Colorado aprobaron el proyecto de abolición de la pena capital en febrero, superando una feroz oposición de los republicanos.
«Si bien comprendo que algunas víctimas están de acuerdo con mi decisión y otras están en desacuerdo, espero que esta medida proporcione claridad y certidumbre para que puedan seguir adelante», dijo Polis en un comunicado.
«La decisión de conmutar estas sentencias se hizo para reflejar cómo es la ley de Colorado, y se hizo tras un exhaustivo proceso de acercamiento con las víctimas y sus familias», agregó.
El fiscal de distrito George Brauchler criticó la abolición. «Hay unos pocos en Colorado hoy que celebren salvar la vida de estos asesinos a sangre fría», señaló en un comunicado.
La Unión estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) y otras organizaciones saludaron la abolición de la pena capital.
«En medio de toda la locura que estamos viviendo, esta es una noticia fabulosa. Colorado abolió oficialmente la pena de muerte», dijo en Twitter Udi Ofer, director de la división de justicia de ACLU.
AFP