Dos hermanos cuyas familias son propietarias de una de las minas de esmeraldas más importantes de la región colombiana de Boyacá fueron condenados a cerca de 20 años de prisión por conspirar con fabricantes de cocaína para ingresar miles de kilogramos de esa droga a Estados Unidos.
El juez federal Rodney Smith sentenció el lunes a Pedro Nel Rincón-Castillo, el líder del “Clan Rincón”, a 235 meses de prisión; y a su hermano Omar Rincón-Castillo, a 210 meses de cárcel.
En enero ambos colombianos, de 53 y 50 años respectivamente, se habían declarado culpables de participar en una asociación ilícita para distribuir cocaína a sabiendas de que la droga sería transportada a Estados Unidos.
Otro de los participantes de la trama, José Rogelio Nieto Molina, fue condenado en noviembre pasado a 14 años de prisión. La sentencia de Horacio Triana está pautada para el 28 de abril, y la de Gilberto Rincón para el 4 de mayo.
De acuerdo con documentos judiciales, las principales exportaciones de Boyacá son las esmeraldas y la cocaína. Gran parte de las esmeraldas de todo el mundo provienen de esa región montañosa central colombiana, donde también abundan campos de cacao y laboratorios que fabrican la cocaína para exportarla.
Pedro y Omar Rincón-Castillo son parte de una familia conocida como el “Clan Rincón”, propietaria de minas de esmeraldas en Boyacá. El clan es poderoso y tiene influencia en la región, según documentos de la fiscalía federal.
A comienzos de los años 2000, guerrilleros de las ahora desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) demandaban el pago de sobornos a los dueños de plantaciones de cacao, propietarios de laboratorios de drogas y de minas de esmeralda. Para frenar esto y sacar de la región a las FARC, Pedro Rincón-Castillo organizó la intervención del grupo paramilitar de derecha Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), enemigo del grupo guerrillero.
Las AUC demandaban también una compensación por sus servicios y querían que se las pagaran los dueños de minas de esmeraldas, según los documentos judiciales. Pero a través de los hermanos Rincón y otros de sus integrantes, el Clan Rincón propuso a las AUC que cobrara por sus servicios a los propietarios de plantaciones de cacao y a los dueños de laboratorios de cocaína; y los líderes paramilitares aceptaron.
Con la ayuda y aprobación del “Clan Rincón”, los dueños de campos de cacao y de laboratorios de drogas pagaban a los miembros de la AUC para que los protegieran. Esto les permitió a los laboratorios seguir con las actividades delictivas y la exportación de miles de kilogramos de cocaína desde Colombia hacia Estados Unidos, de acuerdo con la fiscalía federal.
Fuente MiamiDiario.com