Wall Street ha detenido este lunes durante 15 minutos la cotización, en respuesta automática a la brusca caída de las acciones. La interrupción temporal de la actividad fue detonada por caídas del Dow Jones y el S&P 500 de un 7% a apenas cinco minutos de la apertura de los mercados, arrastradas por la caída en los precios del petróleo y los temores de los inversores a la expansión del coronavirus. Al reabrir la cotización, los índices perdieron aún más, superando el 7%, y luego se han recuperado levemente, con el S&P 500 cayendo al 5,9%. La cotización volverá a detenerse si la caída de dicho índice, basado en la capitalización bursátil de 500 grandes empresas cotizadas, llega al 13%.
Se trata de la primera vez en que se interrumpe la cotización en Wall Street desde las elecciones presidenciales de 2016, cuando los mercados cayeron también por debajo del límite máximo diario del 5%. Las caídas, similares a las registradas en los parqués europeos, afectaron a los 11 sectores representados en el S&P 500, lideradas por el energético, que cayó un 10%. El desplome de las acciones ha enviado a los inversores hacia la renta fija, llevando la rentabilidad de los bonos del Tesoro de nuevo a mínimos históricos. La rentabilidad de los bonos a 10 años cayó por debajo del 0,5%, la mitad que hace solo una semana.
Las turbulencias en los mercados se suceden desde hace semanas, debido a la incertidumbre de los inversores, incapaces de cuantificar el impacto económico de la extraordinaria expansión global del coronavirus, que ha superado ya los 109.000 contagios y 3.800 muertes en todo el mundo. A ello se ha sumado este fin de semana la batalla entre dos de los principales productores mundiales de petróleo, Arabia Saudí y Rusia. La ruptura de las negociaciones entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia, en su intento de recortar la demanda ante la ralentización de la economía causada por la crisis del coronavirus, ha provocado una violenta caída del 26% en el precio del crudo.
Fuente:EL PAÍS