Mientras los casos confirmados de coronavirus COVID-19 alcanzan ya los 62 en Estados Unidos, las autoridades intentan aplacar el temor a que el virus se convierta en una epidemia nacional, tanto en la población como en los mercados, que vuelven a vivir otra jornada de caídas.
La directora del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias, de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Nancy Messonnier, informó que los casos confirmados aumentaron ligeramente en las últimas horas en el país, donde hasta ahora se tenía conocimiento de 60 pacientes.
Del total, según las últimas cifras de los CDC, hay dos nuevas personas contagiadas que estaban a bordo del crucero Diamond Princess, que estuvo anclado en Japón y quienes tras desembarcar del buque llegaron al país la pasada semana, para un total ahora de 44.
Además de ellos, hay 3 repatriados tras dar positivo en China y otros 15 que se conocieron estando ya en EE.UU., 3 de los cuales se trataron de contagio local.
Parte de ese temor es motivado por el paciente de California que esta semana dio positivo por el coronavirus, sin que supuestamente hubiera tenido contacto con un foco del virus y que, según dijo a CNN el congresista por California John Garamendi, se encuentra en estado grave y con soporte de respiración artificial.
Por el contrario, dos de los primeros pacientes diagnosticados con este virus, una pareja de Illinois, se han recuperado por completo de la dolencia y han sido dados de alta, según informó este viernes el gobernador de este estado, J.B. Pritzker.
A pesar de esta buena noticia y de que no haya fallecido ninguno de los pacientes internados en EE.UU., las críticas arrecian contra los CDC por la escasez y la escasa fiabilidad de los de kits de pruebas suministrados.
Con todo, esta semana el presidente Donald Trump nombró al vicepresidente, Michael Pence, como responsable de la respuesta del Gobierno de EE.UU. al coronavirus.
Fuente: EFE