Con el problema del coronavirus chino, la pneumonía de Wuhan, las publicaciones científicas corren a toda velocidad. Lo que es una suerte, porque demuestra que la comunidad científica está volcada en el problema. Pero también lleva a descartar informaciones que se daban por ciertas, al revisar los trabajos y los datos. No se trata de que se haga mala ciencia, si no que lo que en otras ocasiones es un proceso lento y largo se ve muy acelerado.
Y una de las ideas que se ha descartado es que el virus saltase de las serpientes a los humanos. Una hipótesis muy interesante por sus implicaciones, pero que se ha demostrado errónea. Al publicarse las secuencias del virus, tanto de humanos como de murciélagos, se ha podido comprobar que son, en esencia, las mismas. El virus saltó de murciélagos a humanos.
Lo que, a la vista de lo que se conocía antes del brote, tiene todo el sentido. Los coronavirus, por norma general, atacan a mamíferos. Y tanto los humanos como los murciélagos lo somos.
Pero entonces, ¿cómo es que se publicó un artículo científico – en forma de preprint, pero un artículo a fin de cuentas – que decía demostrar lo contrario? Pues porque, realmente, las serpientes tenían un coronavirus. Muy parecido al de murciélagos, y por tanto similar al de humanos. Pero no el mismo.
Sin embargo, los análisis de los investigadores les llevaron a pensar lo contrario. Y fue así porque eso daría una explicación de por qué hasta ahora no se había visto un contagio de este coronavirus, y ayudaría a explicar la rápida expansión del brote.
Entonces, ¿en qué situación queda todo? Ahora se tiene claro que el virus proviene de murciélagos, de los que ha saltado recientemente a humanos. El reservorio del virus, el animal en el que el virus se puede refugiar, son estos mamíferos voladores.
Lo que supone un problema y una ventaja. Ventaja porque ya se conoce con precisión el reservorio, y se pueden tomar medidas para evitar que vuelva a saltar de una especie a otra – en cierta medida, por desgracia no se puede descartar.
Pero el problema es importante. Ya se comentó mucho en su día con otro famoso virus que tiene su reservorio en murciélagos, el caso del ébola. Y es que el sistema inmune de los murciélagos es muy particular.
Simplificando una realidad muy compleja, podemos decir que el sistema inmune, las defensas, de los murciélagos funcionan de una manera única: dejándose infectar. Cada murciélago tiene una gran cantidad de virus, bacterias y otros patógenos dentro de su cuerpo. Pero no se ven afectados por ellos.
El motivo no está claro, pero la realidad es que los murciélagos transportan virus sin verse afectados por ellos, y sin combartilos. Lo que los sitúa como uno de los peores reservorios, desde el punto de vista sanitario.
Y de momento, es lo que sabemos sobre el tema. Sin duda, en los próximos días podremos ampliar lo que sabemos, y situarnos un poco más cerca de encontrar un remedio para el brote de China.
Fuente: Yahoo Noticias