Estudiante expulsada por posar con un pastel con los colores del arcoíris

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Un suéter y un pastel multicolores para celebrar su cumpleaños número 15 fueron los catalizadores para que una joven en Kentucky fuera expulsada de su escuela.

Es una situación que resulta además sorprendente y para muchos indignante, pues revela que persisten con fuerza prejuicios a escala tan severa que rayan en paranoia y pueden provocar injusticias y discriminación.

Kayla Alford era alumna de la Academia Whitefield, una escuela privada cristiana en Louisville, Kentucky, y para festejar sus 15 años tuvo, como es normal y usual entre los niños y jóvenes, una celebración familiar en un restaurante con un vistoso pastel de cumpleaños. Durante ese festejo ella vestía un suéter claro con franjas del color del arcoíris y el pastel, que ciertamente fue muy vistoso, era también multicolor.

Velas en la forma de un número 1 y un número 5 coronaban, para señalar el cumpleaños 15 de la adolescente, y las fotos de la celebración, como hacen millones de personas en el mundo, fueron compartidas en Facebook.

De algún modo, de acuerdo al relato de la televisora ABC News, las autoridades de la Academia Whitefield vieron esa foto (posiblemente alguien se las hizo llegar) y le informaron en un email a la madre de la estudiante, Kimberly Alford, que su hija quedaba expulsada de la escuela.

La madre al poco se comunicó con el director para pedirle una explicación y apelar la expulsión de su hija, pero como respuesta recibió una rotunda negativa. Alford dijo a ABC que el director de la Academia Whitefield “me dijo: ‘Kim, el suéter, el pastel, eso es como una representación del orgullo gay…, cuando tú viste el pastel debiste haberlo rechazado”.

Sobre la foto citada, la escuela señaló, de acuerdo a The Washington Post, que “muestra una cultura de moralidad y aceptación cultural contraria a las creencias de la Academia Whitefield… Hemos dejado claro que cualquier promoción, celebración u otras acciones y actitudes contrarias a la filosofía de Whitefield no serán toleradas”.

Una clara declaración de que la escuela expulsó a la joven por considerar que ella estaba exaltando la homosexualidad, orientación que sería contraria a las creencias del centro.

En principio, puede criticarse que nada hay de errado en celebrar la diversidad y que la escuela y sus autoridades mostraron con su respuesta un prejuicio y una tendencia a la discriminación inquietantes. Otros afirmarán que la escuela, en tanto entidad privada vinculada a una organización religiosa, tiene la prerrogativa de decidir a quién aceptar o mantener en su estudiantado.

Pero, por añadidura, está el hecho de que, de acuerdo a Alford, ni ella ni su hija pretendieron hacer ningún tipo de exaltación del orgullo gay. Tal decoración habría sido simplemente parte de la cotidianidad, del uso de elementos coloridos para crear un contexto amable, festivo, alegre. “Los arcoíris no significan que eres de un cierto género, sexo o sexualidad”, dijo Alford, y comentó que los colores en el pastel y el suéter fueron meramente una coincidencia estética.

Alford, en todo caso, señaló que su hija no hizo un acto de apoyo a los gays, pero que ella ama y respeta a todas las personas.

La Academia Whitefield, con todo, lo consideró de tajo contrario a sus creencias y señaló que “todos los padres que inscriben a sus hijos en nuestra escuela privada saben de entrada que les pedimos a los estudiantes que se adhieran a un estilo de vida informado por nuestras creencias cristianas”.

Creencias que, a juzgar por la decisión, incluyen un rechazo a la homosexualidad y una censura a quienes defienden a la comunidad LGBTQ, así sea, como afirma Alford, de modo no intencionado.

Y la escuela añadió que decidió expulsar a la joven “no solo por un post en redes sociales” sino porque “numerosas veces en los últimos dos años” había violado su código de conducta, de acuerdo a ABC News.

¿Cuáles eran esas violaciones? De acuerdo a la madre de la joven, su hija ciertamente ha tenido ciertos problemas en relación a las normas de conducta de la escuela y señaló incidentes en el que ella se afeitó el pelo en las partes laterales de la cabeza y la escuela le indicó que debía cubrir eso con su cabello y otro en el que ella llevó un cigarrillo electrónico al plantel escolar.

Una escuela privada puede ciertamente establecer normas internas, pero en todo caso cabría cuestionar si esas acciones de la joven eran lo suficientemente graves para expulsarla y si la imagen de ella con su suéter y pastel multicolores fue una suerte de “gota que derramó el vaso” catalizada por una paranoia antihomosexual en las autoridades de ese plantel.

En todo caso, al margen de qué tan graves fuesen las violaciones previas, sancionarla por una foto como ella parece injusto y plantea la persistencia de prejuicios y afanes punitivos contra lo diferente que se imponen ominosamente en la sociedad estadounidense y podrían, inclusive, constituir prácticas discriminatorias.

La Academia Whitefield está vinculada a la Iglesia Bautista Highview en Louisville, Kentucky, que rechaza la homosexualidad como lo hacen otras iglesias bautistas de línea conservadora. Pero existen algunas congregaciones bautistas en Estados Unidos que aceptan la homosexualidad, no la combaten ni repudian o, al menos, plantean el diálogo y no el rechazo como una vía ante ello.

“¿Quién determina qué manifiesta a Cristo”, concluyó al respecto Alford, de acuerdo al Post.

Fuente: Yahoo Noticias