Un hombre de Utah fue rescatado en medio de la nada en Alaska, aproximadamente tres semanas después de que un incendio arrasó con su hogar, mató a su perro y lo dejó casi sin comida, ropa o refugio.
Tyson Steele, de 30 años, fue encontrado entre los escombros de su remota granja en el valle de Susitna el jueves por la mañana, según un comunicado de prensa de los Alaska State Troopers, después de que amigos pidieron a las autoridades que realizaran un control de bienestar luego de no tener noticias de él.
En imágenes aéreas compartidas por las autoridades, Tyson sale de entre los restos de su hogar, saludando a los agentes en el helicóptero mientras un mensaje de “SOS” se ve en la nieve detrás de él.
“Todo lo que poseía estaba en esa cabaña”, dijo Steele a los soldados, que compartieron el relato de supervivencia del hombre en el comunicado.
En las semanas posteriores al incendio, dijo Steele, sobrevivió con restos de raciones enlatadas y mantequilla de maní, durmiendo en una cueva de nieve y un refugio improvisado que construyó alrededor de su estufa de leña.
El incendio se llevó casi todo, incluido su perro
Steele había estado viviendo en su granja, a unos 32 kilómetros de Skwentna, desde septiembre, le dijo a los policías estatales. Describió su hogar como una cabaña Quonset -un marco liviano, cubierto con lonas de plástico- que le compró a un veterano de Vietnam.
Él reconoció ante los agentes que el incendio fue el resultado de un error. En un apuro por encender el fuego, metió un gran trozo de cartón en su estufa de leña. Él cree que un pedazo de cartón en llamas saltó de la chimenea y aterrizó en el techo.
Steele se despertó en medio de la noche, ya sea el 17 o el 18 de diciembre, no pudo recordar la fecha exacta, dijeron los agentes, y escuchó ruido como de plástico derritiéndose que provenía del techo. Después de que Steele salió, dijo: “Solo vi que todo el techo estaba en llamas”.
La cabaña, les dijo Steele a los agentes, “se incendió más rápido de lo que, incluso, podía imaginar”.
Comenzó a agarrar todo lo que pudo, incluidas las mantas y un rifle, pero su verdadera prioridad era su perro de 6 años, Phil.
Ordenó a Phil que saliera, y cuando saltó de la cama, Steele asumió que el animal había salido de la casa.
Pero cuando Steele salió, escuchó a Phil aullar, adentro. “Y pensaba que no estaba adentro”, dijo.
“Estaba histérico … No tengo palabras para tanta pena; fue solo, solo un grito”, dijo Steele a los agentes. “Solo visceral, no enojado, no triste, eso es todo lo que pude expresar, solo un grito”.
SOS en la nieve
Steele no tuvo mucho tiempo para llorar, ya que necesitaba un plan de supervivencia, dijo.
No sabía lo suficiente sobre el área alrededor, incluyendo cuál de las muchas vías fluviales en la zona se congelaría lo suficiente como para cruzar, dijo Steele.
Reunió la comida que sobrevivió al fuego: productos enlatados, algunos frijoles y mantequilla de maní, y pensó que tenía suficiente comida para tener dos latas al día durante un mes. Pero gran parte de la comida se abrió al calor del fuego, dijo, y se mezcló con el humo de su choza en llamas.
“Tenía el sabor de mi casa, quemándose”.
Steele tenía un teléfono “de poca calidad” que había estado usando para comunicarse con amigos y familiares, pero las autoridades dijeron que se había perdido en el incendio. Así que esperaba que alguien solicitara un control de bienestar después de no haber tenido noticias suyas. Si alguien no hubiera venido para el día 35, se habría ido.
Mientras tanto, Steele durmió en una cueva de nieve antes de construir un mejor refugio, utilizando lonas y restos de madera. Hizo la señal de SOS en la nieve, trazándola con la ceniza del fuego para que destacara, dijo.
Hacía tanto frío, dijo, que su orina se congelaba en un balde junto al fuego después de unos minutos.
Finalmente, unos 20 días después del incendio, Steele vio el helicóptero sobre él.
El piloto Cliff Gilliland y el oficial de vuelo táctico Zac Johnson lo rescataron, dijo la agencia. Le dieron una ducha y le llevaron comida de McDonald’s.
Ahora, Steele planea regresar a Salt Lake City, donde vive su familia, les dijo a los soldados.
“Tienen un perro”, dijo.
Fuente:CNN