Rudolph Giuliani, abogado personal del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo una llamada con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro en septiembre de 2018, como parte de las negociaciones diplomáticas de Washington para conseguir la salida del aislado mandatario venezolano, según ha reportado el diario The Washington Post este viernes.
El esfuerzo para retirar a Maduro del poder y aliviar las tensiones entre los dos países, que se hizo por medio de canales no oficiales, estuvo respaldado por intereses privados, según fuentes familiarizadas con la llamada consultadas por el diario citado.
En la llamada desde Washington, también participó el entonces representante republicano por Texas Pete Sessions, quien había fungido como emisario en Caracas esa primavera. La llamada de Giuliani era un seguimiento a esa visita, dijo el vocero de Sessions, Matt Machowiak al diario.
Es un caso más en el que el abogado personal del presidente desempeña un papel clave como intermediario extraoficial de la diplomacia estadounidense.
Giuliani se ha visto involucrado en la llamada trama ucraniana por su destacado papel para presionar a ese país de Europa del Este a que investigase a los rivales políticos de Trump, entre ellos el ex vicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter, acusaciones en el centro del juicio político al presidente Trump.
Los funcionarios de la Casa Blanca no supieron en un inicio del involucramiento de Giuliani en Venezuela y sus pláticas con Maduro aparentemente contradijeron la política oficial estadounidense que el asesor de seguridad nacional John Bolton había delineado, imponiendo severas sanciones al gobierno venezolano.
Bolton rechazó tajantemente la estrategia informal de Giuliani cuando este se la planteó en una reunión, según dos funcionarios citados por el diario.
Poco después de que Washington reconociera al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, como el legítimo gobernante del país, Giuliani tomó como cliente suyo a un multimillonario venezolano bajo investigación del Departamento de Justicia por presunto lavado de dinero, Raúl Gorrín Belisario.
No es el único venezolano en la mira de la justicia estadounidense al que Giuliani le ha ofrecido sus servicios como abogado con excepcionales contactos en la Casa Blanca.
Reunión en Madrid
El Washington Post reveló en noviembre que se había reunido en Madrid, en agosto, con el empresario Alejandro Betancourt López cuando el Departamento de Justicia lo mencionaba en esquemas de lavado de dinero, y al mismo tiempo que se entrevistó con funcionarios ucranianos para apuntalar las investigaciones que Trump quería contra sus adversarios.
Desde entonces, la crisis venezolana ha seguido agudizándose, con registros sin precedentes de desplazados por la economía en ruinas, la inseguridad y las protestas contra el gobierno de Maduro. Sin embargo, la apuesta de Estados Unidos por Guaidó no terminó en la salida de Maduro y dejó a la nación sudamericana en un aparente callejón sin salida.
Detrás de la decisión de establecer un canal diplomático alternativo hubo presiones de empresarios con intereses en Venezuela, rica en petróleo y recursos naturales. Harry Seargeant III, jefe ejecutivo de una compañía global de energía y transporte marítimo con sede en Florida fue uno de los que apoyó el acercamiento.
“Creo ahora como entonces que la política antagonista de sanciones sola tendría dos efectos profundamente negativos: primero, exacerbaría la crisis humanitaria venezolana. Segundo, creo que socavaría los intereses empresariales de Estados Unidos en Venezuela en beneficio de adversarios estadounidenses como China y Rusia”, dijo Sargeant según retomó el diario.
Mackowiak dijo que fue con este telón de fondo que Sessions aceptó la creación de un canal informal para negociar un camino hacia mejores relaciones con Venezuela.
Fuente:Telemundo