El conocido Síndrome de Tourette es un trastorno del tipo neuropsiquiátrico, el cual suele tener inicio en la infancia o incluso cuando ya se encuentra bien avanzada la adolescencia y se caracteriza por múltiples tics motores (movimientos) y vocales que afectan al paciente.
Estos se reflejan con al menos un tic vocal o fónico y también del movimiento del cuerpo, los cuales van aumentando y disminuyendo acorde a diversos periodos que los médicos suelen denominarlos como «agudización».
En general, gran parte de estos tics son involuntarios y de forma constante están precedidos por un impulso premonitorio, el cual es comparable a la sensación de tener un estornudo. Hasta ahora se pueden suprimir temporalmente gracias a medicamentos.
Tourette y pacientes
Aunque este tipo de trastorno puede incluir movimientos que pueden extender por un tiempo mientras que otros pueden terminar siendo crónicos, la patología es considerada como «rara» y en algunos pacientes este suele manifestarse con la exclamación de palabras obscenas y comentarios «fuera de lugar».
Incluso, estos pueden llegar a ser inapropiados y despectivos, pero estos casos suelen darse en la minoría de los afectados por este trastorno. Sin embargo con el paso de los años, el Síndrome de Tourette ya no es considerado como «raro «, pero en ocasiones suele ser un poco complejo de ser diagnosticado correctamente por los profesionales de la salud.
Cuando es detectado a temprana edad, los tics suele disminuir en la mayoría de los niños en su paso por la adolescencia, pero en algunos casos estos tics pueden mantenerse por más tiempo e incluso en algunas situaciones llegar a hacerse crónicos.
Entre los tics más comunes para este trastorno se encuentran el parpadeo de ojos, carraspera, toser, olfatear e incluso realizar movimientos faciales extraños. Aunque esta afectación suela ser preocupante para muchos que lo padecen, no afecta de forma negativa la inteligencia ni tampoco disminuye le esperanza de vida de los pacientes que lo viven.
El Síndrome de Tourette puede afectar a personas de ambos sexos, sin embargo tiene una mayor prevalencia en hombres. Aunque los síntomas oscilan entre moderados a fuertes, en la mayoría de los afectados estos no no son complejos.
¿Cómo se descubrió el Síndrome de Tourette?
Este trastorno neuropsiquiátrico lleva el nombre del médico Georges Gilles de la Tourette, quien era un neurólogo de origen francés quien en el año 1885 publicó un resumen en el cual estudio a 9 personas que padecían este trastorno de reflejos involuntarios. Existe registro de otro médico de la misma nacionalidad llamado Jean Mac Gaspard Itard, quien lo describió en un libro en el año 1825.
Dentro de su diagnóstico, en la mayoría de los casos los tics aumentan entre la edad de 8 a 12 años. Posterior a esa edad se espera que estos comiencen a disminuir a medida que avanza la adolescencia.
Existe también un relación directa de otros trastornos con el padecimiento de este síndrome, como lo son el Trastorno Obsesivo compulsivo (TOC) y el por Déficit Atencional con hiperactividad (TDAH).
En lo que respecta a las causas, todavía no se tiene certeza de como se genera este trastorno, pero algunas investigaciones actuales han identificado ciertas anormalidades en ciertas regiones del cerebro, entre las que destacan los ganglios basales, lóbulos frontales y la corteza cerebral, lugares que se encargan de llevar a cabo la interacción nerviosas de esas regiones a través de los neurotransmisores.
Otros estudios enfatizan que esta patología puede tener relación con la sensibilidad al gluten no celiaca, ya que en algunos niños que padecen este trastorno se ha descubierto que reacciona cuando se les agrega gluten a su dieta, generando incluso el empeoramiento de estos síntomas.
Diagnóstico del Síndrome de Tourette
Para diagnosticar este trastorno, los profesionales deben tener en cuenta los siguientes síntomas al observarlos y además analizar el historial familiar. Para esto un paciente debe cumplir los siguientes criterios:
- Haber presentado en algún periodo de la enfermedad múltiples tics motores y al menos uno vocal.
- Tener tics durante el transcurso de un año apareciendo más de una vez al día
- Interferir en su normal desarrollo social
- Comenzar antes de los 18 años
- No estar generado por ningún medicamento de uso previo
Tratamiento
Para combatir este síndrome, los médicos suelen utilizar medicamentos los cuales bajen sus efectos y además recudir la frecuencia de los tics. El tipo utilizado son los del tipo neurolépticos, como el haloperidol y la pimocida.
El uso de fármacos por mucho tiempo también puede tener efectos secundarios, como el trastorno del movimiento involuntario conocido como la discenisia tardía. Existen también tratamientos relacionados con la relajación y la terapia psicológica los cuales también han demostrado tener efectos positivos en ciertos pacientes que padecen el trastorno.
Por otro lado, existe una alta evidencia de que este tipo de trastorno sea hereditario y la incidencia de dietas las cuales tengan poco contenido de gluten en su alimentos bajan considerablemente sus efectos al largo plazo.
Fuente: fayerwayer.com