Esperamos que no estén comiendo cuando lean esta nota.
La ciencia ha logrado grandes pasos en muchos terrenos. Pero durante décadas no había logrado dar con una solución definitiva a uno de los fenómenos más desagradables con los que se ha topado la humanidad: cuando el inodoro se queda embarrado de caca.
El material usual de las tazas de baño es muy efectivo pero no en su totalidad. Y a veces es inevitable, particularmente en sanitarios públicos, que nos topemos con la sorpresa de que alguien hizo un Pollock sobre las paredes interiores del retrete.
Por fortuna, según marca la revista Nature Sustainability en su más reciente edición, un grupo de científicos investigadores de la Universidad de Penn han creado un recubrimiento súper resbaladizo. El cuál ayuda a no dejar rastros cuando la materia fecal impacta contra la taza.
Este recubrimiento en aerosol, que es más resbaladizo que el teflón, reduce la adhesión de las heces hasta en un 90%, según las pruebas conducidas durante el desarrollo del proyecto.
De hecho este descubrimiento podría ser hasta benéfico para la ecología del planeta. Ya que el recubrimiento podría reducir el consumo de agua en los hogares y evitar que se acumulen en los baños olores y gérmenes que causan enfermedades.
Tak-Sing Wong es el líder de este peculiar proyecto, que habría nacido en el año 2015, cuando la Universidad de Cranfield inició una colaboración con él luego para desarrollar un nuevo modelo de inodoro que tenía justo este problema de marcas fecales en el interior.
Fue así como trabajaron un par de años para dar origen a LESS, la sustancia en aerosol, que corresponde a las iniciales en inglés para «superficie lisa incrustada líquida».
LESS se compone de dos capas que trabajan en conjunto a nivel nanométrico para deslizar aceite de silicona que hace posible no dejar las manchas.
Este producto podría cambiar el mundo.
Fuente: fayerwayer.com