El Departamento de Estado amplió con cinco nuevas entidades la “lista negra” de empresas cubanas bajo sanciones, con las cuales está prohibido realizar cualquier tipo de transacciones financieras directas, anunció el Secretario de Estado Mike Pompeo.
Las nuevas entidades sancionadas son el Gran Hotel Bristol Kempinski, el Grand Aston Varadero Resort, el Grand Aston Cayo Las Brujas Beach Resort and Spa, Gran Muthu Imperial Hotel y Gran Muthu Rainbow Hotel.
El Gran Hotel Bristol, aún no construido y que tendrá 162 habitaciones, estará enclavado en La Habana. El Grand Aston Varadero Resort cuenta con 438 habitaciones en el principal polo turístico del país y el Aston Cayo Las Brujas es un resort de playa destinado a familias, grupos, bodas y lunas de miel. Todos los hoteles tienen la participación de Gaviota, la empresa estatal en manos de los militares y destinada a obtener divisas a través del turismo.
Las sanciones se producen apenas un día después que la comitiva real de Felipe VI abandonara la isla en la que fue la primera visita de Estado de un monarca español a la isla. El jefe de Estado tenía, entre otros propósitos, respaldar al empresariado español, fuertemente golpeado por la crisis económica cubana y las sanciones estadounidenses.
España ha dicho que no reconoce el Título III de la Ley Helms-Burton, activado en la primavera para castigar a Cuba por su apoyo al régimen de Nicolás Maduro. Bajo este acápite, los ciudadanos cubanos naturalizados en Estados Unidos y los ciudadanos estadounidenses pueden demandar a empresas que “trafiquen” con propiedades confiscadas por el gobierno castrista.
Aunque Madrid y La Habana han asegurado que bloquearán cualquier decisión de tribunales estadounidenses en relación con la Helms-Burton, poco pueden hacer con los intereses de las empresas extranjeras en Estados Unidos.
Según el diario El País, algunos empresarios españoles han sido notificados de que no podrán entrar ni ellos ni sus hijos en territorio estadounidense en virtud del Título IV de la Helms-Burton. El ambiente de inversiones en la isla se ha enrarecido desde el incremento de las sanciones, reduciéndose en más de $500 millones al año, según cifras oficiales.
“El 16 de noviembre, Cuba conmemora el 500 aniversario de La Habana. La Habana fue una de las ciudades más dinámicas y prósperas de las Américas. Lejos de ser una celebración, este aniversario es un triste recordatorio de cómo la revolución sigue fallando a su pueblo al comandar la economía cubana, en lugar de reformarla para cumplir con el potencial económico de Cuba”, dijo Pompeo en un comunicado.
El Secretario de Estado lamentó que el gobierno cubano continúe “silenciando con fuerza las voces de los cubanos que continúan la lucha por libertad”.
“Estados Unidos sigue comprometido a garantizar que los fondos estadounidenses no apoyen directamente el aparato de seguridad estatal de Cuba, que no solo viola los derechos humanos del pueblo cubano, sino que también exporta esta represión a Venezuela para apoyar al corrupto régimen de Maduro”, agregó.
Las relaciones entre Cuba y EEUU se encuentran en uno de sus peores momentos. Washington acusa a La Habana de respaldar militarmente y con inteligencia al régimen de Nicolás Maduro, desconocido por las principales democracias del mundo.
El presidente Donald Trump ha limitado las remesas, cortado los viajes en crucero, cancelado los vuelos regulares y recrudecido el embargo para presionar al gobierno de Miguel Díaz-Canel. Los efectos de las sanciones son visibles en la frágil economía cubana, cuyo índice de ocupación hotelera se desplomó y el turismo se ha reducido en un 20% según cifras oficiales. Cuba niega que tenga militares desplegados en Venezuela.
Desde la isla, el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, ha dicho que a pesar de las sanciones de Washington no les “arrancarán concesiones” y continuarán respaldando al gobierno venezolano, que subsidia buena parte de la demanda interna de combustible en la Cuba.
Fuente: El Nuevo Herald