El controversial «impeachment» sigue dando de que hablar luego de testimonios públicos

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La guerra entre los demócratas y Donald Trump abrió un nuevo escenario esta semana. Comenzaron las sesiones de audiencias públicas y ahora se pueden seguir en vivo y en directo a través de la televisión o el Internet. Tensión y drama se respiran desde entonces.

El Presidente había anunciado que estaba demasiado ocupado para ver las declaraciones, pero mientras palabras como “alarma”, “locura” o “soborno”, salían de las bocas de los testigos y rebotaban en las paredes del recinto capitalino, el mandatario retuiteó un veintena de mensajes relacionados con la audiencia.

Lo cierto es que por primera vez, se podrán apreciar testimonios de primera mano, y de importantes testigos, algunos de los cuales son, o fueron, funcionarios del Gobierno, quienes responderán preguntas sobre lo que vieron y escucharon acerca del abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, y su relación con Ucrania.

El primer round

Los primeros en ser llamados a declarar fueron los veteranos diplomáticos, William Taylor, actual encargado de negocios en Ucrania, y George Kent, subsecretario adjunto de Asuntos Europeos y Euroasiáticos.

Taylor dijo que Rudy Giuliani era el líder de un canal «altamente irregular» de comunicación con Ucrania y que estaba socavando los objetivos oficiales de la diplomacia estadounidense en el país europeo, al que Washington había pedido reformas energéticas y luchar contra la corrupción.

George Kent mostró sus argumentos sobre por qué consideraba que la llamada entre Trump y el presidente de Ucrania no fue normal. «No creo que EEUU deba pedir a otros países que hagan investigaciones y enjuiciamientos selectivos de carácter político contra sus rivales en el poder, porque tales acciones selectivas socavan el Estado de derecho independientemente del país», subrayó el diplomático.

Por su parte, el representante Devin Nunes, el republicano de mayor rango en el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, acusó a los testigos de la administración de trabajar contra Trump como parte de una «burocracia politizada».

Confesiones de una exembajadora

Pero fue la exembajadora en Ucrania, Marie L. Yovanovitch, la persona que más controversia levantó con sus polémicos testimonios. La exfuncionaria dijo cosas como que sintió «intimidación» con los mensajes que Trump publica en Twitter sobre los testigos que van a declarar al Congreso.

También alegó que sintió como una «amenaza» cuando Trump dijo a Zelenski en la llamada que ella «pasaría por cosas». Luego aseguró que Giuliani, aliados de Trump y medios conservadores hicieron una campaña en su contra para desprestigiarla y así justificar su despido.

De acuerdo con Yovanovitch, Giuliani estaba tratando con gente en Kiev que se oponía a su propia cruzada anticorrupción, incluido el fiscal destituido.

Sin embargo, el republicano Devin Nunes replicó que la exembajadora debería estar declarando ante «el comité de recursos humanos» o de «asuntos exteriores», en referencia a los alegatos de Yovanovitch y en contraposición con la postura tomada por Trump que, como presidente, puede tomar la decisión de remover o despedir diplomáticos cuando lo estime conveniente.

Nunes hizo énfasis en que Marie Yovanovitch no tuvo contacto directo con los hechos que la investigación de “impeachment” cuestiona, como por ejemplo, la llamada en la que supuestamente Trump le habría solicitado «un favor» al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.

Otro republicano, Jim Jordan, le espetó que “si su despido era parte de una conspiración, ¿por qué la sustituyeron con el testigo demócrata [Bill Taylor]? No parece el mejor plan», se preguntó durante su intervención el congresista de Ohio.

¿Será un testimonio vital?

Algunos analistas creen, en cambio, que el testimonio de Yovanovitch sí podría volverse pieza clave de las críticas al carácter de Trump, a su disposición a pasar por alto las restricciones a su cargo y, a final de cuentas, a abusar de su poder, mismas en las que los demócratas basan su intento por echarlo de la presidencia.

Las audiencias públicas para decidir si se abre juicio político a Trump continuarán la próxima semana. Los demócratas pretenden justificar la apertura del proceso para destituir al presidente tan pronto como diciembre, pero necesitan del apoyo republicano para sacarlo adelante en el Senado.

Fuente: Diario las Américas