El Gobierno de Donald Trump está preparando solicitudes en las cortes para comenzar a adquirir tierras privadas para construir, tan pronto como esta semana, el muro fronterizo que prometió en campaña, sin confirmar cuánto pagará a los propietarios, según dos funcionarios familiarizados con el proceso consultados por la cadena NBC.
Jared Kushner, el yerno del presidente y uno de sus principales asesores, ha organizado una reunión con funcionarios militares y administrativos en la Casa Blanca para este viernes, donde se espera que hablen sobre cómo adquirirá el Gobierno los terrenos privados para construir más secciones del muro a lo largo de la frontera con México, dijeron dos funcionarios a NBC.
Se espera que asista el comandante general del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, el teniente general Todd Semonite, y dos secretarios de defensa asistentes para la seguridad nacional, Kenneth Rapuano y Robert Salesses.
Abogados del Departamento de Justicia y el Departamento de Defensa han preparado cartas de derechos de entrada, informando a los propietarios que funcionarios del Gobierno ingresarán a sus terrenos para evaluar la propiedad, hacer pruebas de suelo y estudios topográficos, dijeron dos funcionarios.
En un caso típico de dominio eminente, el Gobierno acuerda una cantidad de dinero antes de confiscar la tierra.
En el pasado, el Gobierno ha pagado a los propietarios de terrenos a lo largo de la frontera entre Texas y México 100 dólares por 18 meses de acceso sin restricciones y sin previo aviso, según Ricky Garza, un abogado del Proyecto de Derechos Civiles de Texas.
El grupo de Garza representa a cinco propietarios en Texas cuyos terrenos se encuentran en el camino del muro planeado y que se oponen a su construcción.
Sin embargo, según dos funcionarios familiarizados con el proceso, los abogados del Gobierno pueden presentar una declaración amparados en una ley texana para acelerar el proceso de compra.
Bajo este proceso, las negociaciones con los propietarios para acordar el precio de venta se llevarían a cabo una vez que el Gobierno ya ha adquirido los derechos legales sobre la tierra.
La Ley de Declaración de Toma está reservada para emergencias.
Pero a principios de este año, la administración Trump declaró que la situación en la frontera era una emergencia nacional. Un juez federal dictaminó en octubre que el presidente Trump violó la ley federal cuando utilizó su declaración de emergencia nacional para obtener millones de dólares de fondos militares para construir el muro. Sin embargo, el fallo no se aplicó a otras fuentes de fondos.
«Probablemente la van a obtener [la tierra] al final, pero están pidiendo a la corte que prescinda del proceso que generalmente se les brinda a los propietarios», dijo Garza, abogado de los propietarios. «Queremos asegurarnos de que todos nuestros clientes sean tratados con una decencia humana básica y con el respeto que esta Administración ha carecido en el pasado».
La Casa Blanca y el Departamento de Justicia no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios por parte de NBC.
El comisionado interino de Aduanas y Protección Fronteriza, Mark Morgan, dijo a los periodistas el jueves que la adquisición de tierras para el muro fronterizo era «un desafío», pero: «Todavía creo que estamos en camino de obtener la tierra que necesitamos para 450 millas [de nuevas barreras].»
Morgan también señaló que hubo demandas y «mucho activismo judicial por ahí, y la adquisición de tierras no será inmune a eso también».
Cuando se le preguntó cuánto se había construido de un nuevo muro durante la Administración Trump, Morgan dijo: «Cada milla de muro que se está construyendo es una nueva milla de muro». Cuando se le preguntó cuánto muro se había construido donde no existía antes, Morgan dijo que la Administración acababa de despejar un terreno en el Valle del Río Grande.
Garza dijo que hay cientos, si no cerca de 1,000 propietarios en Texas, que poseen tierras en el camino de los planes para un muro fronterizo. La sinuosa frontera de Texas con México tiene más de 1,200 millas. Garza agregó que, en Texas, a diferencia de otros estados fronterizos, la mayoría de la tierra a lo largo de la frontera es privada y se ha transmitido a través de las familias por generaciones.