Una «obra teatral» para las piezas restantes del juicio político contra Trump

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Demócratas y republicanos alzaron las espadas desde el minuto uno de la primera batalla pública en el Congreso sobre un posible juicio político contra el presidente, Donald Trump, concebida por los conservadores como una «obra teatral» que pretende dañar la imagen del mandatario.

La primera audiencia de este tipo en Washington en más de veinte años, desde el proceso de «impeachment» contra el expresidente Bill Clinton (1993-2001) por su relación con una becaria en la Casa Blanca, fue para los republicanos el inicio de una «obra teatral televisada» orquestrada por los demócratas para cambiar la opinión pública sobre los quehaceres de Trump.

«Lo que vamos a presenciar hoy es una obra teatral televisada escenificada por los demócratas», advirtió el legislador republicano Devin Nunes, que en las últimas semanas había criticado que estas audiencias se hubieran celebrado a puerta cerrada hasta hoy.

Además de los millones de espectadores a través de los principales canales de televisión del país, que retransimitieron en directo buena parte de la audiencia, más de un centenar de periodistas de los cinco continentes y un número similar de fotógrafos y videógrafos informaron sobre el espectáculo sentados en las elegantes butacas de la sala del Congreso.

La demanda de cobertura fue tal que los cámaras de los medios más pequeños tenían que hacer turnos para tomar imágenes de dentro del salón y salir cada ciertos minutos.

«Pues no sé si vamos a tener las imágenes que necesitamos para el informativo. ?Qué le vamos a hacer?», dijo resignada a Efe una de las pocas periodistas latinoamericanas acreditadas y presentes en la sala del Edificio Longworth de la Cámara de Representantes.

Para los conservadores, el protagonista principal de la obra debería ser el misterioso y -hasta ahora- anónimo informante que encendió las alarmas en septiembre sobre la llamada de Trump con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, quien casualmente sí tiene carrera como actor.

De hecho, como parte del atrezo del espectáculo, los republicanos colocaron detrás de sus asientos tres pancartas con mensajes como el siguiente: «93 días desde que Adam Schiff conoció la identidad del informante», en referencia al congresista demócrata que ha sido el principal impulsor del proceso.

En cambio, para la bancada demócrata este proceso es «esencial» para descifrar las piezas restantes del puzzle que provocaría la destitución de Trump y, al contrario que sus colegas, consideran que hacer público el nombre del informante atentaría contra la protección de su identidad requerida por la Constitución.

«A pesar de que hemos aprendido mucho sobre estos eventos en las últimas semanas, todavía faltan piezas. El presidente ha ordenado al Departamento de Estado y otras agencias que ignoren las citaciones del Congreso», lamentó el mencionado Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja.

Las dos «estrellas» del capítulo de hoy fueron Bill Taylor, el embajador interino en Ucrania, y George Kent, un subsecretario de Estado adjunto responsable de la política hacia el país europeo, y cuya pajarita amarilla con un curioso estampado fue uno de los temas más comentados en las redes sociales y dentro de la sala.

Su tan esperada participación pública fue más morbosa por las puesta en escena en sí que informativamente relevante, aunque sí insistieron en sus preocupaciones sobre el comportamiento de Trump con Ucrania para sacar rédito político de cara a las elecciones presidenciales de 2020.

Para redondear esta «obra teatral», según los conservadores, varias pantallas fueron habilitadas dentro de la sala para mostrar a los asistentes los mensajes de texto personales que se intercambiaron los dos invitados de honor -Taylor y Kent- y el embajador ante la Unión Europea (UE), Gordon Sondland, y el ex enviado especial para Ucrania, Kurt Volker.

Estos dos nombres formarán parte también del elenco de protagonistas que testificarán la próxima semana en el Congreso, en el marco de la investigación que determinará si el juicio político contra Trump finalmente se celebrará en el Senado, que es el escenario natural de los juicios políticos.

Fuente:Los Angeles Times